Decir renuncio es totalmente distinto a recibir el “sobre azul”, a final de cuentas, decidir por cambiar el rumbo laboral es una decisión propia, que debe estar basada en nuestra satisfacción profesional y necesidad de seguir avanzando.
Es difícil tomar el nuevo rumbo, porque entran al juego varios factores que sin la debida prudencia, probablemente nos hagan retroceder en nuestra intención, hablo del “qué dirán”, el temor a la reacción del jefe, y, a título personal, me refiero a la idea de dejar una mala impresión en la organización que abandonaremos, ya que querrás usar de referencia laboral este empleo.
Por esto, es que dejo a continuación una serie de recomendaciones que puedes tomar para enfrentar de buena manera este proceso, asumiendo que el futuro que te depara es mejor que lo actual, y sobre todo si quieres salir de tu trabajo por la “puerta ancha”.
Lo primero es asegurar tu siguiente paso, vale decir, debes planear estratégicamente el para dónde vas, así cuando te pregunten por tu decisión tendrás la respuesta apropiada, demostrando que no es fruto de un impulso. Prepara tu CV y planifica tus finanzas, para que esta nueva etapa sea lo menos caótica posible.
Llegado el momento de hablar con el jefe, debes estar preparado a cualquier reacción, trata de propiciar el momento adecuado (privacidad y tiempo) para que la conversación refleje que tu motivo es a favor de tu evolución y desarrollo.
Aprovecha la instancia para agradecer la oportunidad brindada. Toda experiencia tiene algo positivo y negativo, y si supiste aprender de ella, deberías demostrarlo, tu paso por esta organización no fue en vano.
Habla claro y sé amable. La diplomacia es sumamente importante, porque independiente del motivo negativo por el que te vas, no es necesario ser grosero.
Respecto de tus funciones, no dejes tareas a medias y prepárate para negociar, ya que probablemente traten de convencerte de no renunciar, por ello deja claro cuántos días más trabajarás, cuáles son tus dudas y el cronograma de las tareas que deben desarrollar posterior a tu partida.
Otro punto importante es la antelación con la que comunicas tu decisión, debes pensar que tu trabajo y puesto laboral debe ser desarrollado por otra persona. Aprovecha esta oportunidad para ofrecerte a capacitar a otro compañero o nueva contratación, así el traspaso de la carga laboral no será problema para tu jefe, esto también demostrando tu profesionalismo.
Sumado a lo anterior, es importante evitar los chismes, por lo tanto la regla sería hablar con el jefe inmediato y luego comunicarlo al resto de los compañeros, te evitarás habladurías y un probable sentimiento de traición por parte de quien te dio el empleo.
Con estas recomendaciones, el impacto de tu renuncia será mitigado, y cuando tu nuevo empleador llame a tu ex jefe buscando recomendaciones, él comunicará la preocupación que pusiste en no dejar cabos sueltos.
Si estás tomando esta decisión, te deseamos mucho éxito, sigue estos consejos y cuida tus relaciones laborales, más que mal, nunca sabes cuándo las necesites.