El ingreso a la universidad puede transformarse en una meta que conlleva esfuerzo, dedicación y deudas para un gran número de jóvenes en nuestro país.
Esto, tomando en cuenta la prueba de selección que se debe rendir (PSU), el puntaje que se debe obtener y los beneficios que se necesitan para cubrir el costo de la universidad.
Según el ex ministro de educación, Harald Beyer, las carreras universitarias en Chile tienen un valor promedio de 13 millones de pesos, lo que no es menor si consideramos que el sueldo mínimo sólo llega a los 190 mil y más de la mitad de la población gana eso o menos.
Pero cuando el problema de cómo cubrir los gastos de la universidad está resuelto, muchos se cuestionan si es que quieren seguir estudiando.
Lo que puede parecer contradictorio, resulta ser una generalidad. De cien estudiantes sólo 57 se titulan y terminan el proceso académico.
Pero ¿cuáles son los reales motivos de la deserción universitaria? Al parecer, motivos determinantes son el grado de involucramiento y atracción que genere la carrera en los jóvenes y las relaciones que logren forjar con profesores y pares.
Aún así, también se consideran fundamentales variables de pre ingreso, como las metas y el compromiso con los estudios, el nivel cultural y la pertenencia socioeconómica.
Como presentan los resultados de la OPECH, los hombres desertan más que las mujeres, sobre todo a partir del segundo año de estudios, y el nivel de deserción es mayor en institutos y centros de formación técnica que en universidades.
Las carreras con mayor porcentaje de desertores son administración y comercio y derecho (29%), seguidas de las humanistas con un 28%.
La deserción universitaria no sólo preocupa en relación a que un estudiante no concluirá sus estudios, sino que por los costos que esto genera para las universidades y el Estado.
En palabras del ex ministro, debido al abandono de los estudios, reinserción y extensión de éstos, carreras de 13 millones de peso terminan costando aproximadamente 22 millones.
Tal es la preocupación de las autoridades, que han desarrollado planes de retención de los estudiantes que buscan, en primer lugar, determinar las causas del abandono y plantear soluciones para quienes presenten problemas para seguir con sus carreras.
Aún así, en tales planes no se incluye alivianar la carga académica, que en muchas ocasiones genera stress y desmotivación en los jóvenes, o brindarles una mejor orientación profesional, ya que el aspecto vocacional y la rigidez del sistema –en cuanto a la poca cobertura que ofrece a los otros intereses de los estudiantes- es la principal causa de abandono, posicionándose en segundo lugar el aspecto económico.
Aunque no podemos dejar de tomar en cuenta la desmotivación que genera la poca rentabilidad de ciertas carreras saturadas en el mercado o la larga duración de éstas.
¿Cuántos no se han cuestionado si seguir o no con sus estudios?
¡No quiero seguir estudiando!: Causas y consecuencias de la deserción universitaria
Publicado
por
Camila Hidalgo