Si tuviéramos que describir un ambiente laboral “serio”, pensamos de inmediato en oficinas ordenadas, los trabajadores en silencio y produciendo, sin lugar para la procrastinación. Sin embargo, hay antecedentes que nos podrían hacer cambiar de opinión, especialmente si lo que queremos es ser creativos.
Primero hay que recordar que la creatividad es algo complejo. Por algo neurocientíficos como Jung-Beeman han estudiado durante años qué ocurre a nivel cerebral, cuando se nos ocurre la solución a un problema. Un momento “eureka”, le llaman algunos. Y lo que descubrió gracias a sus investigaciones, es que resolvemos mejor estos asuntos cuando estamos de buen humor. ¿Por qué? Se explicaría porque el ánimo positivo pone a punto para la actividad en la corteza cingulada anterior, precisamente el área del cerebro que se activa momentos antes de que se nos ocurra una idea.
Y aunque pareciera que la idea se nos ocurre repentinamente, no se trata de algo tan azaroso, sino que en realidad es producto del trabajo de nuestro cerebro conectando ideas. Un proceso que comienza antes de lo que creemos y de forma inconsciente. Por ello los neurocientíficos recomiendan que si vamos a tomar decisiones complejas, distraigamos al cerebro consciente con actividades mecánicas, por ejemplo, resolviendo un puzzle. “Hipótesis de deliberación-sin-atención”, lo llama el holandés Ap Dijksterhuis, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Amsterdam, Holanda.
Por eso Jung-Beeman señala que, para ser creativos, también ayuda distraerse. Muchos ejemplos de esto han pasado a la historia. Está el caso de Arquímedes, quien gritó el famoso “eureka” cuando se estaba sumergiendo en una tina llena de agua. Por otro lado, Henri Poincaré, matemático del siglo XIX, desarrolló sus principales teorías justo en el momento en que se subía a un bus. Asimismo, el Premio Nobel de Física Richard Fenynman, tenía como costumbre ir a un bar, pedir una 7-Up y si llegaba a inspirarse, anotaba ecuaciones en una servilleta.
¿Y cómo podríamos aplicar estos interesantes descubrimientos al mundo del trabajo? Por ejemplo, las oficinas de Google España tienen una sala con videojuegos y cómodos sillones, para que así sus empleados puedan tomarse un recreo. En el caso de que existan impedimentos de espacio, hay empresas como Klear Gear y Office Playground, que han decidido solucionar esto. Su especialidad son los juguetes de oficina, o “office toys”, en inglés. Dentro de sus productos podemos encontrar la conocida pelota anti estrés, un lápiz-cohete que se dispara apretando un botón o una batería que se puede tocar con los dedos.
Aunque “sacar la vuelta” está mal visto, puede que no sea más que una forma de andar en busca de esa creatividad tan esquiva. Cuando lo único que se nos aparece con insistencia es la página en blanco del computador de nuestra oficina, quizás sea hora de darle una oportunidad a algún juego o distracción.