Yo uso mi bicicleta diariamente, desde mi casa al trabajo, del trabajo a la piscina, de ahí a mi casa o algunas veces a juntarme con un amigo. No la uso sólo porque es cool y porque el último tiempo se ha puesto de moda. La monto como un estilo de vida, que ayuda a mi salud, mi espíritu, entre otras razones que enumero a continuación.
Es más rápida y eficiente en distancias de hasta 5 kilómetros. En la ciclovía que uso todos los días me fijo en la cara de lata de los automovilistas atrapados en los tacos.
Beneficia la salud de quienes la utilizan. Está demostrado que andar en bicicleta regularmente reduce el riesgo de infarto en un 50%, una de las causas que provocan cada año 150.000 muertes, y también fortalece el sistema inmunológico.
Se consiguen resultados en el muy corto plazo, ya que con 10 minutos de pedaleo se desarrollan la musculatura, el riego sanguíneo y las articulaciones. Si seguimos hasta la media hora, el corazón se beneficiará, y si pasamos de los 50 minutos, estimularemos el metabolismo graso.
No contamina, ya que emite cero emisiones de gases de efecto invernadero. La bici es el medio de transporte más ecológico que puedes utilizar en Santiago y demás ciudades. Ahorra emisiones de CO² innecesarias, por cada 3 kilómetros en bici, se ahorra 1 kilo de CO².
Nos permite ahorrar dinero al evitar pagar combustible, estacionamiento e incluso transporte público. Antes de subirme a la bici andaba en metro y gastaba mensualmente cerca de 28 mil pesos, suma que hoy ahorro. Cifra que se dispara si te desplazas en un auto porque el precio de los combustibles suben semana a semana.
Disminuye la congestión en la capital al ocupar menos espacio para circular. Seis bicicletas ocupan el espacio de un auto. Además, si te subes a una bici te darás cuenta que puedes avanzar más que en una micro, un auto e incluso en metro. Por ejemplo, yo para llegar a mi casa demoro 25 minutos en bicicleta, mientras que en Metro puedo llegar a demorar 45 minutos en horario punta.
No representa una amenaza de accidentes graves. Piensa que en el mundo, más de tres mil personas mueren diariamente en accidentes de tránsito. Una cifra más alarmante aún si pensamos que son la segunda causa de muerte en jóvenes de 15 a 25 años. Y la primera en causa de muerte en niños menores de 15 años. En cambio andando en bicicleta estas cifras disminuirían considerablemente.
Es el medio de transporte más democrático y equitativo, porque si bien hay de distintas marcas, modelos y valores, todos usan la misma energía y el sistema es idéntico entre los pares. Las apariencias desaparecen detrás de un manubrio, no es necesario un 4x4 para demostrar tu poder adquisitivo ni menos para ligar con chicas.
Su uso nos hace menos dependientes de los combustibles fósiles y de energía, y con ello ayudamos a combatir la contaminación del planeta y el agotamiento de estos combustibles. La única energía que requiere una bicicleta es generada por tu propio movimiento, el cual tampoco produce ruido y con esto disminuye la contaminación acústica de la ciudad.
Con la creación de infraestructura más accesible para todos, brinda mayor autonomía. Y el gasto en dichas infraestructuras y su mantenimiento representan muy poco gasto en comparación con las infraestructuras que precisan otros medios de transporte. Por ejemplo el Transantiago lo pagamos entre todos y por un servicio que bastante deja que desear.
Nos ayuda a hacer ciudades más incluyentes, amigables, más humanas y con mejor calidad de vida. Incluso, si tienes una falla en tu bicicleta tus compañeros de ruta se detienen a averiguar qué es lo que te ocurre y en la mayoría de las veces, diagnostican el problema y si andan con herramientas, te ayudan con el desperfecto y así puedas seguir tu pedaleo.
Y tú, ¿qué esperas para subirte a la bici?