El embarazo de una pequeña de 11 años que sufría de constantes violaciones por su padrastro, abre nuevamente el debate sobre la legalización del aborto en Chile, ya que con la actual Ley, incluso para ella el aborto sería un delito.
En Chile, el aborto es ilegal desde 1989 por especial encargo de Augusto Pinochet, quien modificó el artículo 119 del Código Sanitario, que desde 1931 permitía en Chile el aborto terapéutico, estableciéndose que “no podrá ejecutarse ninguna acción cuyo fin sea provocar un aborto”. De esta forma, en Chile todo tipo de aborto sea terapéutico, por inviabilidad con la vida, eugenésicas, por violación, o simplemente por decisión personal, no son permitidos.
Quienes defienden fehacientemente esta Ley, argumentan que sin importar la razón del embarazo ni los meses de gestación que se tengan, este es un asesinato. Y claro, como no lo va a ser, si bajo sus lógicas cristianas el embríon es una persona desde la concepción misma. O sea que desde el instante en que el espermatozoide ingresa al óvulo a pesar de que siguen siendo las mismas células que hace un momento atrás, pasan a ser personas basándose sólo en una idea romántica. Lo cierto es que recién ocurrida la concepción sigue siendo una célula única, que tiene la potencialidad de desarrollarse y llegar a ser una persona, pero no lo es.
El Doctor Horacio Croxatto, especialista en reproducción humana y métodos anticonceptivos y uno de los mayores expertos mundiales en anticoncepción de emergencia, en entrevista con CNN Chile afirmó que “recién ocurrida la concepción comienza la vida y el desarrollo de un nuevo individuo, pero mientras no se desarrolle un sistema nervioso funcional, no es persona. Porque no tiene conciencia de su existencia, no sabe de sí mismo, no tiene sensaciones, no tiene pensamiento, no tiene voluntad, no tiene ninguna de las cosas que caracteriza a las personas”. Antes de la semana 12 del embarazo, nada de esto ocurre.
De esta manera, los intereses de la mujer se ponen en conflicto con los del embrión, pero este al no ser persona no es un sujeto a derecho como si lo es la madre, quien podría hacer valer estos derechos si así lo quisiera. El derecho a la vida o el derecho a la salud física o psicológica, pueden verse directamente coartados en el caso de la posible muerte de la madre o de tener un hijo producto de una violación.
Sumado a esto, la situación social actual no es muy alentadora para las mujeres embarazadas, donde esta debe hacerse cargo casi en su totalidad de los cuidados del bebé. Si bien las cosas han cambiado un poco, el peso de la crianza sigue siendo tema femenino.
Por lo demás, ni siquiera en el mundo médico y bioético existen consensos semánticos. Según el colegio médico todavía existen discrepancias sobre el inicio del estado del embrión. “Para algunos es desde la concepción, desde el estado de mórula, desde la implantación, desde la aparición del tubo neural u otras convenciones”.
Entonces si ni siquiera en el mundo científico existe un acuerdo sobre este tema, como es posible intentar a través de una Ley imponer una sola idea sobre la concepción de la vida, como lo pretenden hacer los senadores Francisco Chahuán, Juan Antonio Coloma, Alejandro García Huidobro y Carlos Larraín a través de un proyecto de Ley que busca cambiar la existencia legal de la persona al momento de la concepción.
Por otro lado, más allá de las diferencias ideológicas sobre cuando es persona o no, lo que aquí se está pasando a llevar es la decisión personal sobre esto mismo. Si bien Chile sigue siendo un país legalmente católico, sólo un 67% de la población se declaró de esta religión en el censo pasado, por lo que no todos tendrían porque compartir esta idea como algo preconcebido. Así mismo, el doctor Croxatto declaró que “los católicos no pueden imponer una dictadura moral”. Ni los católicos ni ninguna otra religión puede venir a obligar a través de la Ley a profesar sus creencias.
Además, si el aborto se llegase a despenalizar, quienes estén de acuerdo ideológicamente accederán a este. Nadie obligará a abortar a quien no quiera, por más que sea violación o porque el feto tiene serias malformaciones o por cualquier otra situación. Al ser legal, seguirá siendo decisión de cada persona el tenerlo o no. Esto, ya que he escuchado a muchos escandalizar el tema con la absurda idea de que los niños enfermos no tendrán derecho a vivir, como si todos fueran a abortarlos.
Por otra parte, el aborto es una realidad en Chile. Productos como el misotrol o misopostrol usados para evitar úlceras son fáciles de encontrar por internet, ya que son un seguro método abortivo. Sin embargo, su precio no está al alcance de cualquiera, lo que conlleva a que la gente de menos recursos tenga que acudir a clínicas clandestinas, donde se pone en peligro su vida.
Así mismo, en Chile no existe una educación sexual, lo que viene a ser la base de los embarazos adolescentes. Si bien, existe un problema de acceso, ya que los anticonceptivos no son baratos, la situación no va a cambiar aunque las pastillas se las vayan a dejar a la casa. La educación en este sentido, es clave para acabar con embarazos no deseados y para esas personas tiene que ser legal la posibilidad de no tenerlo. Muchas veces he escuchado decir “nadie la mandó a quedar embarazada, que ahora se haga cargo de las consecuencias”, como si el embarazo se debiese asumir como un castigo. Estas personas se olvidan de que muchas veces los anticonceptivos fallan y sería bastante injusto tener que asumir algo que no se quiso.
El ser madre debe ser una experiencia preciosa y me imagino que nadie que ve a sus hijos grandes se arrepiente de haberlos tenido. Pero debe ser una decisión personal y tomada a conciencia, sabiendo que es el momento correcto para asumirlo. Si no se está claro o simplemente no se quiere ser madre nunca, el aborto tiene que ser una opción viable, legal y segura.
Y tú ¿lo despenalizarías?
Por la despenalización del aborto
Publicado
por
Beatriz Uribe