Está claro que la locomoción pública en Santiago colapsa en los horarios punta. Es demasiada la gente que se desplaza desde las 7:00 hrs. hasta las 10:00 hrs. en Transantiago y Metro. Este último ya no es el medio de transporte sofisticado de antaño. Ahora se asemeja a las postales de grandes capitales mundiales donde apenas cabe un alfiler en el metro.
Los estudiantes van cargados con sus mochilas o bolsos, y en algunos casos con más accesorios como maquetas, planos, instrumentos y otros. Esto hace más difícil la misión de lograr subirse al metro a primera hora en la mañana, o bien en la tarde después de clases.
Pero la juventud, fuerza y estado físico adecuado puede usarse a favor al momento de ver a todo el mundo agolpado en las puertas del vagón. Es entonces cuando sacas tus mejores atributos y te lanzas sobre esa masa de gente que estará obligada a ofrecerte un minúsculo espacio.
Hay veces en que hay pequeños espacios entre los usuarios que son desaprovechados y que un estudiante sí es capaz de ver. Lo difícil es escabullirse entre ellos para lograr ese anhelado lugar.
A decir verdad, los estudiantes van con otra actitud al metro. Los santiaguinos al ingresar a los túneles cambian su actitud. Los estudiantes generalmente van acompañado de su música favorita y eso ayuda bastante a sobrellevar los viajes. De esta forma se evitan los conflictos que se producen por las faltas de respeto -muy comunes-, y por la irritabilidad de los que no aceptan que van todos en la misma: como en una lata de sardinas.
Otro consejo para poder subirse a tren es ubicarse en la parte inicial o bien al final de los andenes. Siempre hay alguien que se baja y no se puede desaprovechar la oportunidad de subirse, ya que como buen estudiante, los minutos van en contra, aunque un consejo útil es planificar su viaje.
Llegar a la conexión que está entre los trenes es la ubicación predilecta para los estudiantes. Da la posibilidad de irse sentado en el suelo, de ir estudiando las fotocopias para la prueba, ir jugando con tu teléfono, leyendo un libro, etc. Y lo mejor es que te permite dejar los útiles que te acompañan en un lugar que no todos pasarán a llevar fácilmente.
Nadie dijo que estudiar era fácil. Ni menos que llegar a la Universidad lo sería, literalmente, pero sí hay que reconocer que por lo menos la rebaja del pasaje es una ventaja que ya estando trabajando se extraña mucho. Y que no todos los días de la semana te topas con las horas punta porque te recuerdo que a veces tienes clases hasta las 12:00, otras a las 16:00 y ahí puedes viajar tranquilamente, incluso sentados.
¿Cuáles son sus técnicas para subirse al metro en horario punta?
Subirse al Metro y no morir en el intento
Publicado
por
Sebastián Vivero