Aunque digamos que el trabajo no nos define, que no es lo más importante, etc, etc. Lo cierto es que es lo que consume el 90% de nuestro día y, si bien, no dicta “quiénes somos”, tiene directa relación con nuestros estados de ánimo, con hacia dónde sentimos que va dirigida nuestra vida y, en definitiva, con por lo menos la mitad de nuestra felicidad. (El resto se lo dejamos al amor)
Por lo mismo, es importante trata de hacer algo que nos guste y que se acomode a nuestras nuevas necesidades, más allá del sueldo. Según reveló una investigación de la consultora Crecimiento Sustentable, las personas felices incrementan su productividad hasta en 88% en comparación con aquellas que no tienen un estado de ánimo positivo en el centro de trabajo.
De acuerdo con el estudio “Felicidad y trabajo”, la gente feliz presenta hasta 33% mayor energía y dinamismo, lo que deriva en mayor eficiencia y productividad en las empresas.
Asimismo, un ambiente positivo hace que las personas tengan relaciones positivas, control y autonomía, desarrollen su creatividad, cumplan con objetivos y, por lo tanto, exista equilibrio entre la vida personal y laboral.
La empresa mexicana a cargo del estudio, precisó que aunque un sueldo equitativo es crucial para los trabajadores, la felicidad laboral depende, en su mayoría, de muchos otros factores.