Fue hace cuatro años cuando el padre Felipe Berríos (conocido por su labor en Un Techo Para Chile) acuñó el término “cota mil” para aquellas universidades que se encuentran en la precordillera de Santiago (Universidad del Desarrollo, de los Andes y Adolfo Ibáñez). En una columna del diario El Mercurio, explicaba cómo estos centros educacionales no poseían diversidad de personalidades ni un ambiente en el que se vea la realidad del país.
En una breve columna, Berríos contaba su experiencia al ser invitado a una “cota mil”. El sacerdote jesuita vio a los jóvenes en el centro de la capital protestando, gritando y corriendo de las lacrimógenas, diferente fue el panorama al llegar a la universidad y expresó sentirse “extranjero en su propio país”.
La reflexión fue breve y concisa: “¿qué visión del país tendrá el profesional que salga de esa universidad?, ¿qué vida universitaria tendrá quien tal vez estudió en un colegio de la zona, donde probablemente quede también su casa y entra a esa universidad?, ¿qué diferencia hay entre una universidad así y un colegio particular?, ¿bastará mirar la ciudad desde lo alto y luego enterarse de lo sucedido en ella por las noticias?, ¿será ese el lugar más adecuado para que se forme un universitario?, ¿cómo se llegará a una universidad así sin automóvil?”.
Muchas veces escuchamos historias de universitarios que se sienten ajenos a sus casas de estudios, no encuentran gente igual o que lo discriminan porque llega en micro a su U. Luego de protestas, algunos estudiantes van y gritan afuera de Ues cuicas (como la “Guerra de las Castañas” entre la UdeC y la UDD en Concepción). Frases como “le fue mal en la PSU y tiene plata, por eso está en la cota mil”, son clásicas de nuestra actualidad.
Es en la etapa superior cuando salimos del colegio que nos albergó por años y se nos da la oportunidad de conocer gente nueva, experiencias diferentes y adquirir concepciones nuevas sobre los que nos rodean. Lo anterior no se da en todas las universidades, no existe la diversidad necesaria y ni las instancias para conocer a alguien que podría vivir algo diferente a lo que yo.
Conversando con algunos alumnos de las denominadas “cota mil”, pudimos saber qué creen de esta denominación y lo que conlleva. Nos contaron su experiencia y pensamientos sobre las opiniones que se tiene, los prejuicios y lo que hace años Felipe Berríos se preguntó en su columna.
Universidad del Desarrollo
La UDD posee dos sedes, está ubicada en Santiago y Concepción. Desde sus inicios fue considerada como “cota mil”, prejuicio que no ha podido desaparecer con los años. Camila Schuler, es estudiante de la UDD hace 5 años y nos cuenta su opinión sobre el tema:
“Al estar en una universidad denominada como las "cota mil" siento que realmente se vive el clima de falta de diversidad. Lamentablemente muchos de mis compañeros de universidad no son capaces de empatizar con los problemas sociales que viven nuestros propios compañeros y menos con las demás universidades.
Falta salir de la burbuja, la mayoría viene de colegios privados por lo que nunca se han visto expuestos a una realidad distinta, llegan nuevamente a sus colegios, se encuentran con los mismos compañeros de toda la vida y así el status quo se mantiene.
Si bien no podemos generalizar, ya que hay muchos que sí tienen conciencia de que hay otras realidades, lamentablemente los casos en que nos encontramos con personas incapaces de ver más allá de sus narices son demasiados.
Por otro lado, están los intentos, a mi juicio inservible y un poco irrisorio, de la propia universidad para "acercar" al alumnado a otras realidades como “Trabajos de verano”, “Huella” u otras actividades, para mi es una manera más de vivir dentro de la burbuja, es como la caridad cristiana, voy una vez al año a construir y quedo listo con mi obra social. Las actividades anteriores no significan que realmente entiendan o se interioricen con los reales problemas que aquejan a las personas que viven en riesgo social. Entonces "interactúan" con estas realidades, pero siempre desde su burbuja”.
Universidad Adolfo Ibáñez
La UAI también es catalogada como “cota mil” desde el inicio de la acuñación del término. Pablo Navarro, es estudiante de ésta y destaca diferentes puntos de lo que ve y siente en su ambiente.
“La diversidad últimamente se ha estado rompiendo y también ese prejuicio de que en la UAI hay solamente gente muy abc1. De hecho en mi carrera hay desde los más zorrones hasta algunos jugando LOL en los breaks. Aunque en Ingeniería Comercial se nota que siguen cumpliendo ese prejuicio.
Desde el primer dia te das cuenta que todos se conocen del colegio, y son colegio tipo Craighouse, Grange, Mayflower, etc. Pero en general hay de todo.
Ahora si, como es una universidad que queda en pleno cerro, donde se llega sólo en bus de acercamiento o en auto, es como una burbuja. No hay espacios donde vayas a tomarte una cerveza en la tarde y puedas conocer en ese ambiente gente de tu U o de otras carreras. También destacar que la gente es atenta y diversa, además cabe destacar que hay gente de todos lados (Maipú, Talagante, pasando por Santiago Centro, Chicureo hasta La Dehesa)”.
Y ustedes, ¿Sienten estar en una U “cota mil”? Cuéntanos tu experiencias y opiniones.
Universidades "Cota Mil": Burbuja y falta de diversidad
Publicado
por
Francisca Quiroz