Los espacios de trabajo compartido no sólo se fundan en el anhelo de ahorrar algunos pesos al comienzo de un emprendimiento, sino fundamentalmente en el anhelo de un espacio de trabajo, discusión y sinergia común que permita llegar a mejores resultados de manera mancomunada. Así nace el concepto de coworking, la colaboración win-win entre innovaciones y emprendimientos.
Cuando se trabaja en equipo y no sólo agrupados, sino con estructura de equipo, una tarea funciona mejor, y en este caso, el coworking, aplicado a proyectos de novedosos calza como anilla al dedo.
El término “coworking” fue inventado por Bernie DeKoven en el año 1999, pero es en el año 2009 que realmente fue difundido, por Brad Neuberg, quien creó un espacio de coworking en San Francisco llama el “Hat Factory”, un loft dónde trabajaban tres freelances. Más tarde, el mismo Neuberg creará el Citizen Space, que fue realmente el primero espacio de coworking en Estados Unidos.
Hoy en día se estima que existen más de 2000 espacios de coworking por el mundo. Según un estudio de Deskwanted, en los últimos doce meses se crearon 1178 oficinas de coworking a nivel mundial, lo que equivale a más de tres diarias, presentando un aumento del 89% respecto al año anterior.
Sin embargo, no es sólo una forma de trabajo, sino que responde a condiciones materiales específicas que lo definen y, en realidad es bastante simple: una sola gran oficina, muchos espacios de encuentro y muchos emprendimientos compartiendo el espacio.
En Chile, existe formalmente el espacio “Co-Work”, una oficina instalada en Tobalaba, creada por Sebastián O´Ryan, junto a Antonio García yHoracio Justiniano en octubre de 2011. Hasta el momento han sido un completo éxito, que O'Ryan, atribuye a tres factores clave: "Tener las puertas abiertas 24/7, porque los emprendedores no tienen horario, que las sillas que sean ultra cómodas, porque precisamente están sentados todo el día y que se sientan a gusto en el lugar".
A este proyecto se le suma el espacio Urban Station en Providencia y La nube Coworking, instalado en el centro de Valdivia. Es una casona alemana de principios del siglo 20. Sus administradores cuentan que “actualmente son alrededor de 10 módulos que pueden ser usados por 2 personas cada uno, también individualmente dependiendo las necesidades de los emprendedores, además una sala de reuniones, cafetería y un pequeño espacio de revistas y libros.”
En esta misma línea, aunque no definido como tal, se encuentra la Fundación Socialab, nacida al alero de la Fundación Techo (ex Un Techo para Chile). Este espacio ubicado en la calle Nueva York en pleno centro de Santiago, que funciona también como incubadora de negocios, se enfoca en generar nexos entre innovaciones y emprendimientos de valor social, enfocados en poner a disposición las herramientas tecnológicas para los sectores con menos acceso de la sociedad.
¿Te animas a trabajar en equipo y compartir tus ideas?