Ser homosexual y vivir ocultando esta verdad a tus cercanos, es una tortura indescriptible.
Claramente, la primera cosa en la que pensarás es en que no puedes contarlo, porque te pueden rechazar, pueden dejar de quererte o su apreciación de ti cambiará totalmente, de tal modo que el miedo de las cosas que solo han pasado en tus erróneos pensamientos, te paralizan.
En la actualidad, con la masificación de la información y el cambio brusco de vida, con toques de “modernidad” se ha logrado que la sociedad chilena afronte estos temas sobre sexualidad con una mirada un poco más liberal, no obstante, siempre queda el germen de la homofobia y la discriminación. Solo por citar el recuerdo de Daniel Zamudio.
Salir del clóset es la metáfora más común y que por muchísimos años se ha utilizado para describir el paso entre quien demuestras ser y quien eres realmente. Es más, podríamos mencionar que el hecho de declarar y aceptar frente a otros tu homosexualidad, no es un cambio rotundo. Seguirás siendo el mismo de siempre. Esta acción no modifica tu SER sino tu ESTAR.
Estar en la terrible situación de tener que vivir escondido por el miedo, es un suplicio que tú, no te mereces. Tienes que tener muy claro que ser homosexual no es sinónimo de ser inferior o algo por el estilo. Eres igual de valioso y respetable que todos los demás. Eres persona como todos, con los mismos derechos y deberes de los cuales la constitución y las leyes de la república son garantes. Solo has optado por una forma de vida distinta y a veces, incomprensible a los ojos de los demás. Recordemos a una de las más grandes mujeres de Chile, Gabriela Mistral, lesbiana, profesora, poetisa y premio Nobel. Mas claro, echarle agua.
Cuando un(a) joven le cuenta a sus padres que tiene una orientación sexual diferente al común de la gente, se sale del clóset, pero muchas veces, los padres entran en otro. Por lo que es recomendable – cuando así se amerite o se crea necesario – acudir a una consejería con un psicólogo y/o asesor que pueda ofrecerles guía y apoyo.
Es hora que terminemos que la discriminación, el bullying y el maltrato. Ser diferente no implica una connotación negativa. Pero el primer paso para detener estas cosas, es que tú mismo creas en ti, en tu valor como persona y te animes a vivir libre del miedo y el silencio. Ármate de valor, bríos, valentía y dile al mundo que TÚ ERES DIFERENTE, ESPECIAL Y ÚNIC@.
Y tú ¿Qué opinas de la homosexualidad?
Salir del Clóset
Publicado
por
Eduardo Ferreira