¿Eres noctámbulo, te quedas hasta muy tarde trabajando o trabajas en un lugar sin ventanas? Piénsalo dos veces antes de seguir con estas prácticas, porque la falta de luz natural es dañina para el cuerpo, ya que al no recibir suficiente rayos de sol, el organismo se desordena y descoordina sus funciones vitales.
Los haces de luz son clave para estar alerta de día, dormir bien en la noche y, en definitiva desarrollar todas las funciones vitales del cuerpo, que determinan su correcto funcionamiento. Bien lo saben las plantas que realizan fotosíntesis y bien lo sabían la culturas precapitalistas que funcionaban en base al periplo diario del sol.
Para este desorden que produce la falta de luz solar hay una explicación biológica. En el cuerpo humano hay hormonas como la melatonina que se secreta sólo cuando la luz del sol disminuye, con el fin de preparar el cuerpo para dormir. De ella dependen otras hormonas, como el cortisol, que nos mantiene en alerta durante el día, y la hormona del crecimiento, que está relacionada con la reproducción y la regeneración celular.
Esto lo demostró un estudio de la U. de Northwestern en Chicago (EE.UU.) que comparó a cerca de 50 personas que trabajaban en lugares con y sin ventanas. Los resultados arrojaron que aquellos "trabajadores que no recibían suficiente luz solar durante su jornada laboral dormían 46 minutos menos en la noche, decían practicar menos ejercicio y tener una peor calidad de vida que los que trabajaban en lugares con ventanas, quienes recibían 173% más exposición a la luz", consigna el diario La Tercera.
“La calidad de vida y sueño de quienes trabajaban de día al interior de las oficinas se puede mejorar a través del énfasis en la exposición a la luz y en el diseño de oficinas”, explicó Ivy Cheung el encargado de la investigación.
Otra de las funciones de la luz en nuestro metabolismo, junto con activarlo e influir en el nivel hormonal, incide en el sistema inmunológico, así como en la asimilación de vitaminas; también son conocidos los dolores de cabeza, problemas visuales y de concentración así como fatiga y depresión consecuencia de una mala iluminación natural en la zona de trabajo o en nuestros espacios cotidianos en general.
Como medida paliativa ante este desorden, los expertos recomiendan el uso de luces tenues en la casa, además de evitar el uso desmedido de computadores y celulares en la noche para preparar el descanso del cerebro. Por último, tener horarios fijos de comida ayudaría también con el ciclo del reloj biológico humano.