Imagina tu vida normal como universitaria; entre viajes en micro, trabajos, disertaciones, pruebas, carrete y salidas. Ahora, imagina que, en medio de todo eso, estás embarazada. ¿Qué harías en ese caso?, ¿abandonar los estudios, congelar o seguir?.
Aunque ya salí de la universidad, siempre me pregunté qué hubiera pasado si hubiera quedado embarazada en la mitad de la carrera. Es un momento donde estás estresada, donde tratar de mantener promedios sobre cuatro desafía las ganas de dormir, carretear y descansar todo el tiempo. Estar esperando un bebé provoca cambios gigantes en el cuerpo: en los primeros meses hay muchas náuseas, somnolencia, ganas de orinar todo el día. ¿Quién podría pasar un ramo en esas condiciones?.
En la U conocí a una pareja que lo logró; dos de mis compañeros tuvieron a una bebé, que se volvió la alumna favorita del curso. Su mamá, Francisca, cuenta que no planeó el embarazo: “Saber que serás madre sin planearlo ¡es todo un gran shock!. Si a eso le sumas que estás en el penúltimo año de tu carrera y que tu universidad pretende estar en paro hasta la eternidad es aún peor”.
Pero ella tuvo suerte, porque el nacimiento de su hija sería en vacaciones y no le interrumpiría las clases. Pero habían otras etapas que cumplir. “Así fue como terminé haciendo la práctica, cursando 4to año y decorando la pieza de mi hija, todo al mismo tiempo”.
Por eso, ella no congeló. Ahora tenía una nueva motivación en la vida para terminar los estudios. “Yo siempre confié en mis capacidades, jamás se me pasó por la cabeza tener que congelar o dejar la carrera, eso no era para mí. En mi forma de entender el mundo, tenía super claro que mientras antes saliera de la U, antes podría darle una buena vida a mi hija. Y así lo hice, saque la carrera en los años que correspondía, sin dar exámenes ni quedarme pegada con ramos. Mi motor es ella y el amor que siento por mi hija es el mayor catalizador de éxitos.”.
En el formulario para pedir congelar la carrera, embarazo es una de las primeras opciones. Hay mamás que esperan que sus niños estén más grandes para retomar la carrera, cosa de estudiar cuando ellos estén en el jardín o en el colegio.
Sin embargo, ahora hay opciones, como las salas cunas, para dejar a los bebés mientras estudian. Aunque debe ser difícil despegarse de la guaguita estando tan chico, es una de las ayudas que, por ejemplo, da mi universidad a las mamás. Esto no se da solo en las casas de estudio, ya que cada vez son más las madres que prefieren trabajar a ser dueñas de casa, pero por lo que se gasta en niñeras, se vuelve difícil.
Personalmente, yo también habría seguido estudiando. Se ve difícil, pero el amor de mamá supera cualquier barrera. Y tú, ¿abandonarías tu carrera por un embarazo?
Mamás universitarias
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por
Alicia