La vocación es el motor que mueve a quienes optan por el teatro a la hora de entrar a la Universidad. Saben que será difícil insertarse en el mercado laboral y que la fama no está a la vuelta de la esquina, pero nada los detiene. El talento lo llevan en el ADN y su creatividad no conoce límites. No obstante, el entusiasmo sufre una prueba de fuego cuando hay que vivir de lo que se estudió. Recuperar la inversión y entregar al público habilidades actorales de calidad no siempre van por vías paralelas. ¿Qué hacer entonces? ¿cómo vivir de lo que se estudió?
Si hubiese respuesta todo sería más fácil, pero no hay recetas ni métodos comprobados, como la vida. Pero no todo está perdido, ya que hay puntos a considerar.
Estadísticas, por ejemplo, dan cuenta de que un titulado de actuación y teatro al primer año gana alrededor de $440.000, cifra que al quinto año no supera los $560.000. Y la empleabilidad al primer y segundo año posterior a la titulación es de 41%.
Crear oportunidades
Se puede buscar trabajo en compañías de teatro, irse a probar suerte a otro país, postular a productoras de televisión y locales dedicados a la diversión. El tema es abrirse espacio… mantenerse vigente y brillar.
Otra posibilidad es emprender, creando junto a otros actores pequeñas compañías que viajen por el país y que se atrevan a innovar en temáticas actuales, que realmente generen un impacto en la sociedad. También, pueden incursionar en la locución y el doblaje, postular a fondos públicos o de organizaciones privadas y armar proyectos para escuelas o centros comunitarios.
A nivel internacional el escenario no es muy distinto. Hay actores latinos que han proclamado reflexiones como: “Realmente vivimos de la espera, si cobras bien un proyecto, te alcanza para solamente sobrevivir tres o cuatro meses, no más”; y “cuando uno es actor y no llegan proyectos, eres un desempleado total, entonces tratas de hacer pequeñas cosas que te ayuden”.
El regreso de clásicos que pueden salvar tu billetera:
- Cabaret: espectáculo representado mientras el público come o bebe (aunque a nivel país lo tenemos más asociado a shows de vedettes). Hoy se realizan es restoranes y bares de dimensiones reducidas. Tienen un tono más íntimo, lo que favorece presentaciones interactivas y la conformación de espacios para rutinas de humor incisivo. Está, además, el Music hall, un espectáculo de variedades compuesto por comediantes, cantantes, poetas, acróbatas y bailarines.
- Espectáculos colectivos: son sistemas de creación artística que sustituyen la tradicional figura del director, por una participación de todos los integrantes del grupo. Ello supone una mayor exigencia, autoconfianza, olvidar las jerarquías y los individualismos, con un compromiso a nivel ideológico y estético.
Curiosidades (para que veas que a todos les cuesta)
Tengo dos amigas que estudiaron teatro. Dicen que los actores “en la vida real” son tímidos y no me dejaron nombrarlas. Así que yo, como dueña de este post (y fascinada por creerme directora teatral al menos unos minutos) las llamaré Helena (como la de Troya) y Violeta (en honor a los Parra).
En fin, el tema es que ambas están con trabajos esporádicos. Helena va a castings seguido, así que ha aparecido en un par de comerciales y Violeta participa en una compañía que estrena obras clásicas, pero sin mucha frecuencia. Para mantenerse y terminar de pagar sus estudios (una de Universidad y la otra de Escuela) trabajan como garzonas.
Yo de verdad espero que un día las tablas o la tele descubran sus potenciales. Mientras, me entretengo alentándolas con algunas historias.
Por ejemplo, estos son empleos que actores famosos hicieron antes de convertirse en estrellas populares y millonarias: Brad Pitt, repartidor de helados y chofer de limusina; Charles Bronson, minero de carbón; Gary Cooper, agente publicitario; Gerard Depardieu, vendedor de escobas; Greta Garbo, asistente de salón de belleza; Harrison Ford, carpintero, vendedor y cocinero; Jack Nicholson, empleado de un departamento de dibujos animados; Keanu Reeves, afilador de patines de hielo; Julia Roberts, cajera en una heladería; Michelle Pfeiffer, cajera en un supermercado; Robert Redford, pintor de fachadas; Sean Connery: lustrador de zapatos; Sharon Stone, vendedora de hot dogs; Silvester Stallone, barrendero de una jaula de leones.
Suma y sigue, los casos demuestran que no todo lo que brilla es oro, y que todos los trabajos -especialmente los artísticos- requieren una cuota de sacrificio inicial.
¿Te gustaría estudiar Actuación y Teatro? ¡ánimo, busca tu espacio!
Actores: Ideas laborales para talentos desconocidos
Publicado
por
Carolina Montiel