Cuando se trata de enfrentar una prueba o un examen hay conductas que no cambian. Buscar ayuda extra es algo que se transmite de generación en generación. Pero los tiempos van cambiando y atrás quedan los torpedos escritos en las piernas o dentro de los lápices ‘Bic’. La tecnología comienza a ponerse al servicio de estudiantes que necesitan una ‘manito’ para salir con éxito de una prueba.
La copia es una de las prácticas más populares en el mundo estudiantil. Ya sea en el colegio o en estudios superiores, suele ser ocupada para pasar un ramo, para sacar nota azul, o para ir en ayuda de cualquier angustia del momento. De todas maneras, el estudio y la preparación cotidiana para una prueba es el mejor método para enfrentar las exigencias académicas, y no verse expuestos a reprobar un ramo si es que te sorprenden en el acto.
No obstante lo anterior, muchos estudiantes señalan que, de ser necesaria, la copia debe ir acompañada de una cuota importante de sutileza, discreción, y de una buena estrategia a la hora de elegir un buen puesto en la sala de clases. Quedar en la primera fila o cerca del profesor puede ser fatal a la hora de poder utilizar ‘ayuda memoria’.
Como decíamos, la tecnología es una de las nuevas herramientas a la hora de elaborar un buen torpedo. Los mensajes de texto y, especialmente whatsapp, están sirviendo de mucha utilidad para enviar información durante la prueba.
En ese sentido, los teléfonos inteligentes permiten sacar fotos con una muy buena resolución, y no son pocos quienes obtienen imágenes de las guías y de los apuntes que entran en la evaluación. Hay también quienes graban la materia en un mp3 o en un iPod para escucharla discretamente mientras se toma el test.
Una de las maneras más modernas y rebuscadas de copiar consiste en escanear una etiqueta de un envase de jugo o bebida, luego pasar ese archivo a un programa de computación que te permita borrar el contenido del producto y escribir en su lugar la materia que entra en la evaluación. De esta manera, es muy difícil que la profesora o el profesor sospeche de que existe algo extraño en el envase del bebestible sobre el banco de clases.
Pero algunos siguen prefiriendo el clásico torpedo en papel escondiéndolo en el estuche, debajo de la manga de la camisa o chaleco, o sentándose sobre él, por mencionar algunos ejemplos.
Inclusive algunos van más allá y escriben los torpedos en el computador, con una letra pequeña, y además los ‘plastifican’. ¿Cómo? Fácil. Se coloca scotch por ambos lados del torpedo con el fin de que no provoquen ni el más mínimo ruido al ser manipulados durante el típico silencio cuando se toma una prueba.
Por otra parte, es importante señalar que uno de los factores que incentiva la copia es el método de enseñanza que apunta, en muchas ocasiones, a solo memorizar datos duros, cifras y fechas. De esta manera, es probable que lo aprendido se olvide rápidamente.
No se trata de satanizar la memoria, pero apuntar única y exclusivamente a ella, puede ser pan para ahora y hambre para mañana. De todas formas existen incentivos y campañas para fomentar este tipo de aprendizaje, y aquí les mandamos una prueba de ello.
De la mano de lo anterior se pueden complementar los datos duros con el análisis crítico, el pensamiento propio y el entendimiento de procesos, para así, tener más posibilidades de tener una educación más integral. Así, los torpedos, ya sea en papel, o con algún teléfono o dispositivo, pueden llegar tener menos sentido.
¿Tú cómo lo haces?