Durante 2 horas y 16 minutos, ayer Sebastián Piñera realizó su cuarta y última cuenta pública. Se trata de una de las tradiciones republicanas más importantes y la razón por la cual el 21 de Mayo no es sinónimo solamente de Arturo Prat y el Combate Naval de Iquique. A continuación, lo bueno, lo malo y, por qué no, lo feo del discurso presidencial.
Lo bueno:
Sin duda, uno de los anuncios que más llamó la atención fue la obligatoriedad de Kínder. “Es la posibilidad de que los pequeños asistan al colegio desde los primeros años; con esto van a tener la oportunidad de construir mejores oportunidades en su vida”, señaló la ministra de Educación, Carolina Schmidt.
A esto se le agrega el envío de un proyecto de ley que crea de manera gradual, la subvención universal para niños desde los tres años. Schmidt resaltó que esto aportaría en generar “educación parvularia gratuita para todos nuestros niños a partir de los tres años, un cambio sustancial en las oportunidades”.
También destaca la duplicación de tratamientos de baja complejidad contra la infertilidad, y atención dental a través de Fonasa, para niños entre 12 y 18 años.
Piñera también sostuvo que su gestión impulsará el Acuerdo de Vida en Pareja (APV), "para que sea pronto ley de la República". No obstante, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), le pareció insuficiente, ya que exigen que se le ponga urgencia al proyecto.
Asimismo, el mandatario pidió al Parlamento que apruebe leyes de transparencia, lobby y probidad pública. Estas incluyen "la obligación de desprenderse de la administración, o incluso la propiedad, cuando esto sea necesario para evitar conflictos de intereses", según señaló Piñera. Un asunto de gran importancia y siempre vigente, en especial considerando los últimos escándalos en los que se han visto envuelto parlamentarios.
Lo malo:
Para el Gobierno el empleo ha sido uno de los aspectos que más ha sobresalido de su gestión. Es así como el Presidente destacó la creación de 800 mil trabajos, casi el doble que en el período anterior. Sin embargo, la calidad de estos es el punto débil en el cual no se repara, ya que muchas veces se trata de empleos precarios, sin capacitación, con contratos temporales y poca protección.
Pese a lo bien que suena la obligatoriedad del kínder, para Diego Vela, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc), "eso es algo que el 2007 se había aprobado con una ley que se aseguraba la subvención, donde actualmente solo un 10% no está recibiéndola. Claramente es un avance, pero eso no responde al problema de estructura que tenemos en el sistema".
Por otro lado, una de las medidas que más sorprendió fue el “Bono Maternidad”, para todas las parejas que tengan a futuro tres o más niños, entregando $100 mil al nacer el tercero, y $200 mil con la llegada del quinto. Bautizado en las redes sociales como el Bono Opus Dei, se trata de una ayuda económica que poco ayuda en casos de familias de escasos recursos, que viven con el sueldo mínimo. Tampoco se trata de una medida que garantice, efectivamente, el aumento de la tasa de natalidad, tal como se anunció.
Lo feo:
Tal como se esperaba, uno de los temas que captó mayor interés fueron los anuncios con respecto a educación. Sin embargo, a pesar de la expectación, el movimiento estudiantil no tenía muchas esperanzas sobre este punto. “Todas las señales indican que volverá a defender el actual modelo educativo, que se basa en concebir a la educación como un bien de consumo y no como un derecho”, había indicado la Confech, en un comunicado.
Afirmando que "no es justo" que el Gobierno "financie al 10% más rico", Piñera descartó una vez más la gratuidad y añadió que para el 2014 se espera llegar a 400 mil becas. Para el dirigente de la Feuc "esa es una comprensión de que la educación es un bien privado, de consumo, que solamente se entiende como un negocio, y no realmente como un derecho que sea asequible para todos y que permita ese espacio de integración".
En cuanto a las movilizaciones sociales, el Ejecutivo solamente pidió que se aprobara pronto la ley en contra de quienes cometen delitos en las manifestaciones públicas. Además subrayó la labor de Carabineros, anunciando que se enviará el proyecto que establece como nuevo delito los insultos graves a los funcionarios policiales en ejercicio de sus funciones.
El férreo apoyo del presidente hacia los uniformados y la petición de apurar la iniciativa legal que busca aumentar las penas por delitos en manifestaciones, no hacen más que criminalizar las protestas sociales. Además omite las graves denuncias que se han venido realizando desde hace tiempo en contra de Carabineros, y recientemente la PDI, precisamente por abusos de éstos hacia manifestantes.
Por último, hacia final del discurso Piñera afirmó que “el materialismo excesivo y la destrucción de la familia no es ese el desarrollo que queremos para Chile” ¿Cómo poder tomar en serio la crítica al “materialismo excesivo” si viene del noveno hombre más rico de Latinoamérica?
¿ Y a ti qué te pareció el discurso del 21 de mayo?