Suecia es reconocido como un país eco-amigable. Desde la crisis petrolera que sufrió en los años ‘70 se comprometió a reducir la dependencia de combustibles fósiles. De hecho menos del 30% de la energía total que utiliza hoy en día es obtenida a partir de combustibles derivados del petróleo. En cambio, ha optado por un sistema de hidroelectricidad bastante sustentable, en comparación a iniciativas que hemos visto últimamente en Chile como Hidroaysén.
Además, puso el 2020 como fecha límite para reducir el uso de combustibles fósiles. ¿Cómo? Mediante iniciativas que reducen a la mitad el consumo petrolero del transporte de carreteras; que eliminan el uso de aceite para la calefacción de edificios; que promueve un aumento de al menos un 20% de sistemas generadores más eficientes (biocombustibles, celdas solares, parques eólicos y energía geotérmica, entre otros).
Suecia la lleva. Supera en respeto medioambiental a gran parte del mundo. Si mantiene sus políticas podría convertirse –más temprano que tarde- en el primer país del mundo libre de contaminantes tóxicos para la salud y la naturaleza.
Basura ¡bienvenida!
Este país, por ser uno de los menos contaminantes, importa basura en su afán de reciclar y de generar utilidades, ayudando de paso al medio ambiente. Y es que no produce suficiente como para reconvertirla en energía.
Mientras que cada europeo produce unas seis toneladas de basura al año, cada ciudadano sueco produce alrededor de media tonelada en el mismo período.
De todos los desechos que los hogares suecos generan, solo el 4% acaba en un vertedero. El resto es reciclado o incinerado, para acabar transformado en energía para calefacción y electricidad.
Un siete
El turismo está muy desarrollado en este país. Incluso tiene el primer sistema de certificación de sostenibilidad para actividades turísticas del hemisferio norte: la firma Naturens Bästa es la encargada de esta tarea. Es decir, de hacer que los proveedores de actividades turísticas, que van desde paseos en trineo hasta safaris de alces, cumplan sus labores de una forma ecológica.
Esto es muy importante debido a que tres cuartas partes del país están cubiertas con bosques y montañas. La región de Estocolmo, por ejemplo, cuenta con más de 230 reservas naturales y el agua de la ciudad está tan limpia que se puede pescar en pleno centro.
Ejemplo para los más pequeños
Suecia, por este plus ecológico desarrollado por profesionales de alto nivel, es un país ideal para el desarrollo de las nuevas generaciones y un ejemplo para las naciones que aspiran al desarrollo. Hay museos, pistas de esquí y varios lugares con actividades especialmente pensadas en los niños y siempre con un matiz sustentable que deja una positiva huella en ellos.
¿Qué crees que deben hacer nuestros profesionales para que Chile proteja sus recursos naturales?