¿Quién dijo que trabajar con practicantes es complicado? creo que, por el contrario, mejora el ambiente y facilita ciertas tareas. Eso sí, es bueno tener varias dosis de aguante a la mano y una actitud siempre atenta y respetuosa. Si así fueron con nosotros cuando nos tocó, repitamos el patrón, pero si no tuvimos mucha suerte con los futuros colegas y superiores… la invitación es a marcar la diferencia.
Hay que tener los puntos claros desde un principio. Por lo general los practicantes llegan de un día para otro tras ser escogidos por jefes que no suelen consultar con sus equipos este tipo de decisiones. Así que hay que aceptar, acoger y entender que al menos por un par de meses habrá que convertirse en un o en una guía positiva y en un ejemplos a seguir en el plano profesional.
Si somos más realistas, no faltan quienes no toleran la inexperiencia de los más jóvenes y que los cargan con trabajos aburridos y con malos modos. Pero sigamos en un escenario ideal, ese que debería repetirse cada vez con más frecuencia en las empresas y que está dominado por la mágica palabra “Paciencia”.
Acá ¿mando yo?
Primero, como profesionales de tomo y lomo, hay que rayar la cancha y ser generosos. Hay reglas que los nuevos se tienen que grabar en la cabeza, y también espacio propios para que aprendan y se desarrollen profesionalmente. Los límites deben ser transparentes. Por ejemplo les puedes indicar reglas básicas como: pedir permiso para usar tus cosas del escritorio y mantener un trato semi formal, es decir, no tan coloquial como el que usan en la universidad.
Como profesional tienes que ser capaz de llevar bien las riendas, cuando te asignan a practicantes que, en algún momento, ayudarás a evaluar. Recuerda que se trata de chic@s sin experiencia, por lo que requieren orientaciones sobre las políticas de la organización. También considera que muchos de ellos tienen temor de “meter las patas”, pues el significado de error suele ser desproporcionado las instancias que preparan para el mundo del trabajo.
Por lo mismo es importante que –llegado el momento- les confíes proyectos, con formas y plazos bien definidos por ti, o por ambas partes. Y es que la interacción es clave para obtener resultados óptimos. Esto porque tú también estás siendo observado y calificado como “un buen o un mal maestro de las nuevas generaciones”. Puede sonar ostentoso, pero es así. Los ojos de los jefes no están puestos solo en los practicantes, sino que también en ti. Llévalos por el camino correcto (aunque te cueste)
Acá los corazones blandos no van. Como profesional debes separar y sopesar las cosas en su justa medida. Por ello, felicita a tus practicantes cuando lo merezcan y hazles saber con precisión cuando no cumplan las expectativas trazadas. Tus críticas –o la de tus pares- deben ser constructivas. Nada de ataques personales ni de comentarios que puedan herir susceptibilidades. Pega es pega.
Evita ilusionar a los practicantes con posibles puestos de trabajo disponibles, si es que no tienes plena seguridad de que se abrirá alguna plaza. Llegado el momento de despedirse sé cordial e indícales que los tendrás en mente o que, por su buen desempeño, recordarás sus nombres a los jefes que realmente “cortan” las decisiones cuando sea pertinente.
El otro lado de la moneda
Ya vimos qué podemos hacer los profesionales para orientar a los practicantes. Por eso, a ustedes, futuros colegas, también les dejo algunos tips: - Ve tu práctica como una vitrina para dar a conocer tus habilidades y buscar posibles oportunidades de trabajo.
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Que hagas la práctica en una empresa no garantiza que te quedes trabajando inmediatamente en ella. No te hagas ilusiones y solo da lo mejor de ti.
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Intenta participar en distintas áreas. De tal modo sentirás que estás haciendo un trabajo más variado y otras personas, además de tu jefe directo, podrán recomendarte.
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No temas resaltar. Comenta con humildad resultados positivos frente a tus compañeros, cuando se dé la conversación. Eso te servirá para saber cómo les va y aprender de sus experiencias.
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Sé proactivo, pero si te dicen “no”, no lo tomes de manera personal. Inténtalo otra vez cuando puedas (aplicable a quienes quieren hacerlo todo bien para que los vean… pero la actitud suele generar rechazo).
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Sé puntual y haz notar que haces tus labores con dedicación.