Desde los primeros tiempos de la historia de la humanidad han existido personajes que han “transmitido” sabiduría a las gentes en diversos contextos y referente a diversas áreas. Solo recordar a Platón o Sócrates que enseñaban y entregaban sus conocimientos a aquellos que los seguían como discípulos. En esa situación se expresaba tácticamente la noble labor de “Educar”. O bien, fijarse en la misma figura central del Cristianismo, Jesús, a quien las personas llamaron “Maestro” porque reunía a grupos numerosos y los formaba – espiritual y personalmente – en cuestiones religiosas. Sin embargo, la pedagogía como “arte” ha existido desde los inicios de la humanidad por una cuestión de supervivencia.
Para quienes estudiamos pedagogía y hemos tenido experiencias en el aula, tanto en Educación Básica como en Educación Media, se nos acaban las palabras para expresar toda la belleza que engloba esta difícil pero magnánima profesión, que algunos incluso vemos, como un “modo de vivir”.
El título de esta nota que ha preparado Universitarios.cl es muy decidor. El ser profesor en Chile ha de basarse en vocación dura y amor, de otra forma, no se sobrevive a tan arduo desafío.
Es de conocimiento social que el profesor está en el “ojo del huracán”, más aún, cuando el tema de la evaluación docente y la prueba inicia han arrojado resultados poco satisfactorios en la mayoría de los casos. Ha sido la historia de la Carrera Docente y sus consecuencias. Pero eso: “Es harina de otro costal”.
En Octubre de 2012, “Eduglobal” realizó una encuesta que pretendía obtener luces acerca de la vida de los docentes de Chile. En esta ocasión, participaron 12 mil profesores congregados de toda la diversidad de establecimientos en el país. Los resultados son tremendamente lamentables, tanto así que los citaremos textualmente:
“Un universo de 12 mil docentes del país, de escuelas particulares pagadas, particulares subvencionadas y municipales, participaron en esta encuesta... La medición dejó al descubierto que un 24% gana entre $251 mil a $500 mil y que 29% trabaja entre 10 a 12 horas que no son remuneradas (planificaciones, reuniones de apoderados, atención a padres, etc)… Admiten que aunque su situación económica es difícil, están motivados.” (Diario La Nación, 2012)
Es gratificante saber que entre estos 12 mil profesionales que viven en condiciones laborales y personales no muy holgadas, aún están “motivados” a asistir a las aulas y hacer “la pega” de formar en cuerpo, mente y espíritu a aquellos niños y jóvenes que serán el futuro sostén de la nuestra Nación.
Siempre es bueno decir que durante la experiencia escolar de cada uno, hemos visto desfilar a una veintena de Pedagogos, pero pocos de ellos han quedado en el recuerdo por ser “buenos” profesores. Existen en el universo pedagógico, los DOCENTES, aquellos profesionales que se dedican a pasar la materia, a llenar cabezas y enviar tarea para la casa. Están los PROFESORES, que dominan sus contenidos, poseen estrategias metodológicas que aseguran el aprendizaje significativo y logran controlar la disciplina. Pero también están los MAESTROS y son éstos los que pasan al pizarrón de la memoria y la gratitud, porque además de todo su rigor conceptual, su conocimiento y su excelente formación académica, sabe que su misión es mucho más trascendente que estar en un aula. A ellos – muchos de nosotros – le debemos esta preciosa vocación que llevamos en los hombros.
Si tú haz elegido el desafío de Educar, sé bienvenido a una profesión donde el sueldo es poco, el trabajo mucho; Los feriados y fines de semana se planifica y el café es tu compañero fiel… Pero sé bienvenido también al único trabajo donde en la mañana te recibirán con una sonrisa amable y tierna, donde recibirás más de un beso y un abrazo con cariño puro y desinteresado, bienvenido a la profesión más antigua del mundo y a la creadora de las demás profesiones. ¡Bienvenido al desafío de Educar!
Y tú ¿Eres profesores o estudiante de pedagogía? ¿Qué opinas acerca de ellos?