Y es que “a quién no le ha pasado”. Porque a decir verdad, el impetuoso deseo de “echarse una canita al aire” no pide permiso para aparecer y cuando nos dejamos llevar podemos terminar “tirando” en los lugares menos imaginados o más inapropiados, sobretodo si tenemos una pareja, compañero o compañera, que nos despierte las más hondas pasiones.
La escena de la pareja hetero teniendo sexo en la playa o en el parque, tan repetida y trillada en las películas hasta el día de hoy, es parte del imaginario colectivo y para muchos y muchas puede haberse convertido en un fetiche más. Sólo recordemos el bullado caso de la fiesta mechona de la Universidad Adolfo Ibáñez donde una pareja fue grabada teniendo relaciones en “plena” entre unos autos. Como el del joven que tenía sexo con una stripper sobre el escenario de la discoteque donde se celebraba la fiesta de la Universidad de Tarapacá, también en marzo de este año.
Los videos no tardaron en circular y en llegar a Internet, lo que además generó críticas por el mal uso que se le estarían dando a las redes sociales y por el poco pudor de los jóvenes. Incluso en canales de televisión se realizaron notas sobre estos casos.
Pero como no todos somos iguales ni nos sentimos cómodos de la misma forma, para los más pudorosos existe la alternativa de moteles que se ajustan al bolsillo de los estudiantes, sin ser necesario coartar las ganas. Siendo Santiago una de las ciudades de Latinoamérica con más moteles, y llegando incluso a tener un motel por cuadra en barrios universitarios, como estudiantes con pase escolar (TNE) podemos optar a pagar un valor más bajo.
Aún así cabe preguntarse, ¿qué tiene de malo tener relaciones en espacios públicos? La verdad es que depende de la perso, la moral y el cartuchismo de cada uno/a, pero hay que ser cuidadoso, para no terminar viviendo una mala experiencia por culpa de algún morboso, una camarita de celular o algún carabinero(tener sexo en lugares públicos es condenado por el código de la moral y las buenas costumbres) que te pueda partear, echar del lugar y, dependiendo del ánimo, hasta llevar detenido. Según Nicolás “el tener relaciones en espacios públicos tiene que ver con seguir los impulsos y con desestigmatizar un acto natural del ser humano”. Por otro lado, Alejandra, de 29 años, asume haber tenido relaciones en espacio públicos sólo por algo circunstancial y no por fetiche ni por gusto.
En mi opinión, lo mejor para quienes les gusta gozar de la naturaleza es buscar un lugar realmente solo y tranquilo donde poder disfrutar sin preocupaciones. Bueno, y para quienes gustan del exhibicionismo y de la tensión de ser descubierto, no hay mejor consejo que ¡SUERTE! Y que sea dónde sea y cómo sea, siempre se busque el cuidado mutuo entre la pareja; casual, estable, homo o hetero.
¿Tú, qué opinas del sexo en espacios públicos?