Uno de los grandes problemas al que puede verse enfrentado un “productor” es que su “producto” no tenga movilidad en el mercado, aún cuando éste ha sido creado con esmero, cuidado y dedicación. En este momento, el productor debe entrar a supervisar los procesos que puedan estar fallando o que están mal consolidados y los cuales podrían tener la clave para revertir la situación.
Sin duda alguna, la herramienta más potente para la venta de un bien o servicio - más allá de lo obvio que es tener un BUEN producto que responde a una necesidad particular, en suma, que tenga un “fin” (antítesis perfecta de un buen producto podría ser el popular “Cenicero de moto”) – es el Marketing.
El Marketing tiene muchas definiciones, pero en este caso particular tomaremos la que lo define como «el proceso social y administrativo por el que los grupos e individuos satisfacen sus necesidades al crear e intercambiar bienes y servicios» (Philip Kotler).
El proceso de “intercambio” a través de la información debe ser potente y estar muy bien consolidado, tener objetivos claros y consistentes, un público determinado (sexo, edad, etc) identificado al cual se quiera vender este producto, las utilidades que genera, los necesidades que satisface y los bienes que reporta.
Una vez identificados los puntos antes mencionados, se debe generar una campaña informativa eficiente, eficaz y efectiva. El productor debe asegurarse de que todos los esfuerzos comunicativos lleguen directamente al grupo humano seleccionado y que los medios sean los mejores y más efectivos. En la actualidad resulta muy útil promocionar los productos por medio de las redes sociales, ya que mucha gente – potenciales compradores – pasa obligatoriamente, parte del día en éstas, por lo que de alguna u otra forma, se toparán con la información en algún momento, aumentando las posibilidades de venta.
Cuando se trata de redes sociales y de generar interés en el potencial cliente, puede ser útil aplicar una técnica psicológica llamada “anticipación” o más popularmente conocida como “atacar la curiosidad”. Es común verla presente en los carteles que dicen: “Pronto llega a Santiago la tienda de ropa juvenil más popular de Europa” o “Faltan 3 días para estrenar el restaurante que conquistará tu paladar”. Las personas se quedan con esos mensajes y la curiosidad permite al productor aumentar sus posibilidades de ventas, ya que se genera en el cliente una suerte de expectación que debe ser saciada.
Los productos que presentan una “historia” parecen tener un mayor impacto en el interés de las personas, por ejemplo: “Antes me costaba mucho abrir latas de conservas, me corté en variadas ocasiones y realmente era tedioso el momento de tener que enfrentarlas en la cocina, pero desde que compre el “Abridor de Latas 3001” todo ha sido más fácil”. Una historia vende porque le asigna credibilidad y utilidad real al producto. Otra forma de persuadir al cliente es generar en ellos, una razón específica, es decir, porqué deben comprar este producto y no otro y para eso, el producto debe ser sólido en sus potencialidades. Debe ser realmente el mejor “Abridor de latas” porque a diferencia del abridor de latas de la compañía X, el nuestro está fabricado en acero inoxidable, lo que le otorga mayor higiene y durabilidad.
Si tu producto no se está vendiendo, ten calma. Asegúrate de revisar atentamente todos los detalles, replantéate las ideas y recuerda seguir los consejos que Profesionales.cl preparó para ti.