Luego de una larga jornada, se aprobó en el Senado la acusación constitucional contra el ministro de Educación, Harald Beyer, quien quedó destituido de su puesto - con 20 votos a favor y 18 en contra- y no podrá ejercer cargos públicos durante cinco años.
A pesar de los aplausos de algunos estudiantes desde las tribunas y el ánimo de celebración de la Concertación, Beyer declaró que se sentía apoyado tanto por el Presidente de la República como por el resto del gabinete, afirmando: “me han destituido por una acusación injusta que demuestra la peor cara de la política. Esta acusación demuestra que se ha desnaturalizado este instrumento, espero ser el último ministro que pase por esto, es inadecuado que los ministros sean evaluados políticamente por el Congreso”. Así mismo, aseguró que "independientemente de esta destitución voy a seguir tratando de aportar al país".
Por otra parte, el vicepresidente del Consejo de Rectores, Juan Manuel Zolezzi señaló a al mismo medio que considera esta medida "demasiado drástica. Es un castigo desproporcionado y creo que varios parlamentarios lo reconocieron, pero así es la ley".
Finalmente, Beyer, frente a las preguntas sobre su decisión de no renunciar afirmó: "yo me muevo por convicciones, aquí había una acusación que era injusta, y había que llegar al final”.
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