Llevar ocasionalmente a nuestros hijos al lugar de trabajo puede tener sus ventajas y desventajas. En nuestro día a día habitual se considera más bien una desventaja, porque esta situación disminuye claramente el rendimiento de las personas que lo llevan a cabo. Sin embargo, puede llegar a convertirse en una experiencia memorable tanto para nosotros como para nuestro hijo, debido a que conocerá de primera mano ese sitio misterioso donde pasamos la mayor parte del día.
En algunos países del norte de Europa, como Suecia o Finlandia, la baja por maternidad dura casi un año y se puede ir alternando con la del padre, lo cual es muy beneficioso para la familia, porque se asegura la estabilidad física y emocional del lactante y por otro se facilita la incorporación paulatina de la mujer en su puesto de trabajo sin que ello afecte a la maternidad y a su productividad en la empresa.
En aquellos países, como España o Italia, donde la baja por maternidad es demasiado corta (4 meses para la madre y 15 días para el padre), es muy habitual ver cómo crece el ausentismo laboral durante las primeros etapas en la vida del bebé. En este sentido, algunas empresas se han dado cuenta que tanto los padres como las madres mejoran su rendimiento cuando tienen a sus hijos cerca, por lo que son muchas las que se han animado a instalar guarderías en el lugar de trabajo. El objetivo que se persigue con esta medida no es otro que el de compatibilizar la vida familiar y laboral, algo importantísimo tanto para la empresa como para el trabajador: por un lado, se logra reducir el absentismo laboral y aumentar la motivación del empleado; por otro, el trabajador gana en tranquilidad al tener a su hijo cerca, además ahorrando tiempo y dinero.
En el caso de que no dispongamos de una guardería en nuestro lugar de trabajo, debemos poner de nuestra parte para que llevar ocasionalmente a nuestros hijos a la oficina sea una experiencia satisfactoria. De este modo, se necesita también de cierto apoyo por parte de nuestros compañeros, de modo que exista un buen ambiente laboral y buena colaboración porque es un hecho que al llevar a nuestro bebé al trabajo generará ruido, y puede que algún desorden. Al mismo tiempo, debemos procurar que nuestro lugar de trabajo sea seguro para él, y este habilitado, en la medida de lo posible para recibirlo: que haya algún juguete, que el aseo esté apropiadamente equipado para cambiar pañales, etc.
Si somos capaces de garantizar estas mínimas condiciones para poder traer a los más pequeños a nuestro lugar de trabajo, sin duda conseguiremos convertirlo en una bonita experiencia tanto para nosotros como para ellos.
¿Alguna vez llevaste a tu hijo al trabajo?
Fuente imagen: Esta imagen es una obra derivada de Para Los Ninos School Visit11 por Antonio R. Villaraigosa, disponible bajo la licencia Licencia de Atribución No-Comercial en http://www.flickr.com/photos/37176081@N02/5530089877/