Seguramente hemos escuchado nombrar la palabra "coaching" en más de una oportunidad. En este artículo, veremos cuál es su significado, de qué se trata, cuáles son las técnicas que utiliza y por qué viene ganando tanto terreno en lo que a desarrollo profesional y personal se refiere.
El coaching, como su nombre lo indica, tiene raíces estadounidenses. Esta ciencia está pensada desde el "coach", el entrenador de béisbol o fútbol americano, quien se encarga de potenciar tanto el trabajo en equipo del grupo competitivo, así como también las potencialidades de los individuos. Tal y como hace el coach en el deporte, el coach ontológico o profesional está enfocado a resultados.
Este es uno de los primeros elementos que lo diferencia de la terapia psicoanalítica, por ejemplo. El coach se enfoca en el futuro, en lo que la persona quiere lograr, en generar los cambios en la forma de pensamiento del individuo para que éste se acerque más a los objetivos que se propone. De hecho, cada sesión, o conversación, como suele llamársele, tiene un objetivo bien definido y claro, que va de la mano con un objetivo mayor, a desarrollarse en el transcurso de las distintas conversaciones.
Dicho esto, es importante saber que el coach no trata patologías de ningún tipo. En caso de que su cliente presente síntomas de algún problema sicológico, el coach lo deriva inmediatamente a otro profesional. Además, existen dos tipos de coaching: el coaching profesional y el coaching personal. Si bien últimamente ambas ramas vienen convergiendo, a sabiendas de que uno no puede desdoblarse en dos personalidades distintas y que ambos ambientes se retroalimentan, cada uno trata a su cliente de forma distinta.
El coaching profesional, también conocido como coaching para ejecutivos, está basado en los objetivos que plantea la empresa, generalmente elaborados por recursos humanos, para que el ejecutivo alcance una determinada meta. A la vez, el coach ayuda al individuo a superar aquellas barreras que le impiden cumplir correctamente con su trabajo, que le hacen perder el enfoque, etc.
El coaching personal, por su parte, se encarga del desarrollo del individuo y de sus relaciones en su núcleo más interno. A través de la relación con su pareja, sus hijos, su familia, la división eficaz de su tiempo, etc., ayuda a que el usuario enfoque sus esfuerzos en sus objetivos primordiales.
Básicamente, el coach se encarga de facilitar el proceso que se conoce como "observado a observador", medio por el cual el individuo puede ver desde fuera sus actitudes, sus reacciones y sus hábitos, ayudando a cuestionar así su realidad cotidiana y otorgándole las herramientas para cambiar su situación actual. Esta práctica de empoderamiento del usuario es lo que hace que el coaching sea tan efectivo y cada vez más exitoso.
Y usted, ¿ya ha solicitado una cita con su coach más cercano?
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