Según un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el tiempo que se destina a la vida laboral y a la vida familiar y/o de pareja es una de las cuestiones que importa más profundamente a la sociedad actual.
El cómo no vincular los problemas del trabajo en el desarrollo cotidiano del hogar ha sido una interrogante que ha estado siempre presente ya que define el correcto funcionamiento de ambas actividades o dedicaciones.
Psicólogos sociales aseguran que la clave para sobrellevar de buena manera el trabajo y la familia (entiéndase “familia” como el círculo con el que se convive más directamente y con todas las modificaciones que la sociedad ha otorgado a este concepto) es el correcto equilibrio y dedicación para cada uno, generando estrategias que permitan al individuo separar los sucesos que ocurren en uno del otro, por medio de la planificación y el religioso cumplimiento de las barreras de tiempo que uno otorga a cada uno. Por ejemplo, si estás en la intimidad con tu pareja o si estás en una cena familiar nunca contestes el celular o interrumpas tu actividad por atender cosas del trabajo. Basta con las 8 hrs. (en el mejor de los casos) que le dedicas a tu oficio como para continuarlo en la casa. En 1989 el escrito, religioso y erudito Stephen R. Covey publicó un libro de autoayuda titulado “The seven habits of Highly Effective People” donde habla sobre los hábitos de las personas altamente efectivas. Quizás esta sea una buena lectura complementaria para ayudar a quien quiera vivir en la justa medida.
Lograr este preciado “hábito” se consigue con tiempo, paciencia y sobre todo, empeño. Aquel profesional que logra esto no solo consigue mejoras en su desempeño laboral ya que se convierte en una persona altamente eficiente que logra volcar todos sus ánimos y capacidades en la tarea desempeñada sino que mejora el ánimo y las relaciones sociales. Lograr equilibrar el oficio y la familia propende a desarrollar una salud psicológica y mental alta y con esto, aumentar su calidad de vida. Nunca el trabajo podrá ocupar el espacio de la familia ni esta última el puesto del trabajo. Cada una se sustenta en la otra.
Y tú ¿Dejas afuera de tu puerta los problemas del trabajo?