Para nadie es un misterio que en Chile las mujeres profesionales cada vez ocupan un mayor porcentaje del campo laboral, teniendo que postergar la familia e hijos para desarrollarse exitosamente en las áreas a las que se dedica. Según la Segunda Encuesta Voz de Mujer del año 2012, la tasa de participación laboral femenina es del 58,3%, mientras que las mujeres con más de dieciséis años de estudios lo hacen en un 73,4%, en el caso de carreras técnicas o profesionales, y en un 85,5% en el caso de carreras universitarias.
Es por esta razón, que las mujeres profesionales muchas veces deben postergar la familia y los hijos para emprender un desafío laboral. La mujer chilena tiene más ganas de trabajar y lograr una verdadera independencia económica. Es más, según una encuesta del Centro Español de Investigaciones Sociológicas del año 2006, que coincide con lo que está pasando hoy en nuestro país que poco a poco alcanza los estándares internacionales, el 60% de las mujeres considera que la maternidad es un obstáculo para su carrera profesional y las más conscientes de ello parecen ser las mujeres de entre 30 y 39 años.
Asimismo, según la encuesta, las mujeres creen que el tener hijos afecta profundamente su carrera profesional, ya que las obliga a reducir la actividad laboral, a interrumpir su trabajo por todo un año, limita sus posibilidades de promoción, a veces deben dejar de trabajar debido a la maternidad e incluso se genera cierto tipo de discriminación en su entorno profesional.
La misma opinión tiene Alejandra Donoso (25), futura abogada de la Universidad de Chile, quien dice que “decidí trabajar y no tener hijos, más que por la plata, porque me siento mejor desarrollándome profesionalmente que cuidando niños. Siento que tengo más que ofrecer al mundo intelectualmente que como madre, esposa y dueña de casa. Creo que uno puede ser feliz y ser útil al mundo de muchas otras maneras.”
Ahora, las jóvenes profesionales chilenas prefieren postergar la familia y la maternidad por la independencia, muy pocas han tenido su primer hijo, mientras que casi todas ya se han ido de la casa de sus padres y han conseguido su primer trabajo.
Sin embargo, la posibilidad de formar una familia mientras se está trabajando se hace un poco menos complicada. Esfuerzos del Gobierno han hecho que sea más fácil con la nueva Ley de Posnatal que permite a las madres pasar más tiempo con el recién nacido y la participación del padre en el cuidado del bebé.
En un principio, lo más importante es la organización y el poder conciliar la vida familiar con la laboral. La participación del padre es fundamental en la nueva etapa que viven las mujeres y la ayuda que proveen las sala cunas y jardines infantiles estatales y privados, para brindarle educación y cuidado a los niños de madres trabajadoras.
En octubre del 2012, el presidente Piñera celebró el aniversario de la nueva Ley de Posnatal y recalcó que ayuda a la incorporación de la mujer al trabajo, y que se enviará un Proyecto de Ley que producirá una profunda restructuración y modernización de la actual política de salas cuna. Por lo que será más fácil poder trabajar y dejar a los niños en buenas manos.
Sin embargo, estas ayudas pueden no ser suficientes para que la nueva mujer chilena y profesional se decida por la maternidad, y que a la vez, pueda mantener su trabajo y desarrollarse exitosamente en el ámbito laboral.
Y tú, ¿prefieres desarrollar tu carrera profesional o priorizar la maternidad por sobre los logros laborales?