El embarazo es uno de los períodos por el que cualquier mujer profesional pasa en el transcurso de su carrera. Si bien las leyes han avanzado en materia de permisos y licencias, siempre existe la dicotomía entre si conviene o no trabajar durante el período de embarazo. En este artículo, veremos cuáles son los pros y los contras de cada una de las posturas, para que el lector pueda alcanzar sus propias conclusiones.
Así como existen distintos tipos de trabajos y tareas para realizar, también existen distintos tipos de embarazo. En líneas generales, se considera que una mujer que no tiene complicaciones durante el transcurso de la gestación, puede trabajar con total normalidad, hasta pocos días antes del parto. De hecho, en la mayoría de los países orientales, por ejemplo, las mujeres dejan de trabajar solo cuando están a punto de dar a luz.
Sin embargo, en los países occidentales, se suele tomar como norma general descansar a partir de las últimas dos a seis semanas antes de la fecha de parto. El embarazo, como bien sabemos, debe ser controlado por el obstetra de cabecera de la embarazada y será éste el que tenga la palabra final en cuanto a las semanas que la embarazada deba tomarse previo al nacimiento.
Dependiendo del tipo de tarea que la mujer realice, el período de licencia puede extenderse aún más. Por ejemplo, en el caso de los trabajos manuales; donde se tenga que estar mucho tiempo de pie (más de 4 horas seguidas); o si se trabaja por turnos, de noche o de tarde; donde se tenga que levantar mucho peso; si las tareas incluyen tratar con productos químicos, gases o radiación; subir escaleras de forma frecuente, etc.
En cualquiera de estos casos, se debe consultar a un médico especializado en la materia. A partir de la semana 28 de embarazo, no se recomienda continuar en trabajos donde haya que agacharse o inclinarse para realizar la tarea, así como también, a partir de la semana 20 no se pueden levantar más de 11 kilos de peso, pues ello podría traer complicaciones al feto en desarrollo.
Para las mujeres que realizan tareas de oficina y están todo el día frente a una computadora, se recomienda salir a caminar luego de terminada la jornada laboral, y alimentarse correctamente. Es sabido que este tipo de actividades ayudan a la circulación sanguínea en todo el cuerpo y mejoran las defensas del niño, además de mantener relajada y desestresada a la madre.
En todos los casos, las embarazadas pueden sentirse mareadas y es importante que lleven en su bolso de mano una serie de snacks o alimentos para ingerir entre comidas. La palabra de un especialista es la mejor aliada a la hora de saber si estamos haciendo bien las cosas en el trabajo con nuestro embarazo.
Y usted, ¿se encuentra preparada para trabajar durante el embarazo?
Fuente de imagen: Teza Harinavo Ramiandrisoa, disponible bajo Licencia de Atribución en http://www.flickr.com/photos/harinaivoteza/7241780178/