Mientras en 1990, solamente un 14,4% de los jóvenes entre 18 y 24 años cursaban estudios superiores, el año pasado se vivió el récord de alumnos matriculados en estas instituciones. Un análisis a cargo de la División de Educación Superior (Divesup) del Ministerio de Educación, estudió la evolución del sistema, qué ha pasado con las instituciones, el financiamiento y el número de alumnos matriculados.
"En 2012 tuvimos un récord de estudiantes en educación superior, llegando a un millón 68 mil jóvenes matriculados en universidades, centros de formación técnica e institutos profesionales. Este es un gran avance como país, ya que se ha incrementado la matrícula en 50% desde 2007 y habla de una sociedad que está otorgando mayores posibilidades de desarrollo a su juventud", destaca Juan José Ugarte, jefe de la Divesup.
De este millón de estudiantes, los matriculados en primer año en un Centro de Formación Técnica e Instituto Profesional, alcanzan el 52,3%. “Este es un gran logro como país, considerando que el actual mercado laboral es desproporcionado: existe 1 técnico por cada 3 profesionales. Este proceso comenzó a revertirse en 2010 debido al cambio cultural que lentamente se ha comenzado a gestar respecto a las ventajas del título técnico", considera Ugarte.
Para Juan Eduardo García Huidobro, académico de la Universidad Alberto Hurtado, el aumento de la matrícula se debe a la entrada de estudiantes de primera generación. “Y eso hace que las condiciones para continuar en el sistema sean menores, por lo tanto los niveles de deserción son más altos. Es un problema de tiempo, por supuesto se tienen que dar los pasos necesarios, son etapas, pero es un tema que va a ir a la baja”, señaló.
Es precisamente la deserción uno de los principales problemas a enfrentar. “En grandes promedios, en Chile sólo se titula uno de cada dos estudiantes”, apunta Ugarte, además de sostener que en nuestro país se demoran hasta dos años más que “en cualquiera del mundo desarrollado”.
¿Y qué sucede con el resto que no está accediendo a estudios superiores? Según explica Andrés Bernasconi a La Tercera, se debe a dos razones. “La primera, es porque tienen una educación secundaria muy mala y no tienen la formación necesaria para entrar a este tipo de instituciones y eso se ve reflejado en los bajos puntajes PSU”.
El segundo motivo, guarda relación con lo económico, ya que aunque cumplan con los requisitos de ingreso “no tienen los recursos para pagar la carrera y a pesar de que las ayudas han aumentado enormemente, estas están calculadas sobre la base del arancel referencial”, afirma Bernasconi.
Si bien el número de estudiantes se ha incrementado, desde 1990 han disminuido el número de instituciones. Mientras en el mencionado año funcionaban 302 planteles, el 2011 existieron 126 menos, lo que significa una caída del 41%.
Esta situación se puede explicar a que hubo “un mayor rigor en el control de la calidad, y alcanzar estándares de educación superior significa inversiones importantes por parte de las instituciones”, según Ugarte.
Por otro lado, mientras el año 90, el presupuesto de la Divesup era de $126 mil millones, el 2012 alcanzó los $915 mil millones. Este crecimiento tendría como causa, principalmente, al aumento de becas y créditos entregados por el Estado. El jefe de la Divesup comenta que “de las 119 mil becas que habían en 1999 habrá un aumento, y a la salida de este gobierno se entregarán 400 mil becas y del orden de los 600 mil créditos, por lo tanto, vamos a llegar al millón de estudiantes con financiamiento por parte del Estado”.
Pese a lo positivo del aumento de la cobertura, aún quedan varios desafíos pendientes. Además de asegurar la calidad, Ugarte menciona el diseño curricular de las carreras y la eficiencia en los procesos.
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