Las competencias laborales en el mundo de los negocios conforman una cuestión estratégica de la empresa para aumentar sus beneficios a través de la motivación e incentivación de todos nosotros como empleados. Conceptualmente, las competencias profesionales son las capacidades reales para realizar con éxito una actividad laboral absolutamente identificada.
Como trabajadores, hablamos de competencias con el afán de promover la mejora continua de nuestro lugar de trabajo. Estas competencias llevan implícito nuestro desarrollo centrado en nuestros comportamientos y actitudes. Dentro de los métodos de desarrollo, además del popular coaching, existen otros métodos especializados que fortifican nuestras competencias y se convierten en interesantes alternativas a considerar:
1. El mentoring
El mentoring es un proceso individual de aprendizaje mediante el cual asumimos la responsabilidad de nuestro propio perfeccionamiento profesional y personal. El mentoring consigue el desarrollo de la potencia interior de los individuos que provienen de los comportamientos basados en valores, la agilidad mental y la creatividad.
Para ello, se requiere que un mentor -persona distinguida, experimentada y valorada dentro de una organización- el que va a establecer con nosotros un acuerdo (learning contract) que nos conduzca a realizar un verdadero desarrollo individual. Él nos transfiere sus conocimientos y nuestro aprendizaje se sustenta en su experiencia. Para que logremos estos objetivos debemos encontrar a un mentor adecuado con el cual congeniemos y asumamos un compromiso con la organización que nos posibilite mejorar diariamente nuestras capacidades.
2. Autodesarrollo
Se entiende por autodesarrollo al proceso de cambio, a 'la gestión de uno mismo', donde tomamos decisiones como consecuencia de nuestro propio autoconocimiento. Esto nos permite reconocer que hoy es 'mejor' (en cualquier aspecto) que ayer. De esta forma, pensamos en nuestras futuras metas personales para que se alineen con las metas de la organización.
Es un proceso de mejora individual que requiere de nosotros un elevado nivel de confianza para sortear los obstáculos que pudieren presentarse en el plan de acción empresarial. El autodesarrollo involucra a los managers dispuestos a auxiliarnos para que generemos autodisciplina, constancia, autocrítica y aspiraciones de progreso. La empresa debe propiciar un contexto donde exprese qué anhela de nosotros y asegurarnos un acompañamiento proporcionándonos los recursos necesarios para que logremos nuestro autodesarrollo.
3. Los centros de desarrollo
Para tener una enseñanza más estructurada, podemos acceder a centros de desarrollo especializados. Estos constituyen lugares donde se construyen situaciones propias del puesto a lo largo de varias etapas. En estas etapas contamos con un apoyo continuo, ya sea anterior o posterior a un Assesment Center.
En este caso, nos acercamos a ser partícipes de los requisitos óptimos de desempeño preestablecidos para desarrollar nuestras funciones. Durante el proceso debemos considerar el reparto de roles (administrador, evaluador, monitor) y las actividades que realizaremos deberán ser diligentemente seleccionadas para su práctica.
Coaching, mentoring, autodesarrollo y centros de desarrollo son, en sí, procesos de mejora como una alternativa más del desarrollo organizacional.
¿Qué esperamos para implementarlos?
Fuente imagen: Irekia, disponible bajo licencia Atribución 2.0 Genérica (CC BY 2.0) en Once nuevas competencias llegan a Euskadi 4 | Flickr: Intercambio de fotos
3 métodos para fortalecer la competencia de los empleados
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