En materia de comportamiento organizacional, la dimensión individual es clave para determinar cuál es nuestro valor en el mercado laboral. Esta dimensión comprende nuestras aptitudes para realizar determinado trabajo y nuestras actitudes en la oficina, nuestra capacitación formal e informal y nuestra experiencia adquirida en nuestra carrera profesional. A ello le debemos sumar otra cuestión vital que las empresas evalúan: nuestro conocimiento y nuestro capital intelectual, que resultan recursos estratégicos para la organización e imprescindibles para determinar nuestra verdadera calidad en el mercado laboral.
Si nos encontramos buscando empleo o pretendemos mejorar el que tenemos, debemos conocer cuál es nuestro valor en el mercado laboral, es decir, determinar cuáles son nuestros aspectos fuertes y las áreas capaces de mejorar.
Para realizar esta cuantificación, debemos tener presente qué es lo que realmente somos, qué es lo que pretendemos de nosotros mismos, cuánto merecemos ganar y cuáles son nuestras reales aspiraciones. En realidad, todos los trabajadores del mundo siempre estamos pendientes de nuestra escala salarial.
Para buscar un nuevo empleo, conseguir un aumento y hasta cambiar de carrera, no es fácil saber cuánto debería ganar cada persona en su actividad. Cada corporación, cada empresa, cada organización tiene su propia política salarial, que puede diferir ampliamente de otra, para un mismo puesto, con la misma capacitación, con la misma experiencia.
Por ello, hemos de tener presente que debemos:
1. Ante todo, conocer cuál es nuestro valor en el mercado laboral, potenciando nuestras cualidades y reconociendo las áreas en las que deberíamos mejorar.
2. Realizar una investigación del mercado considerando nuestra experiencia y nuestra capacitación para conocer cuánto realmente valemos.
3. Confeccionar un currículum que nos diferencie, que nos personalice y potencie nuestra profesionalidad.
4. Acercarnos a consultoras, oficinas de empleo y/o reclutadoras que nos puedan aproximar a cuál es el salario que deberíamos ganar.
5. Averiguar en anuncios de la web, periódicos, etc., para saber cuánto se abona a otros profesionales que se encuentran en nuestro mismo puesto o en el que aspiramos.
6. Utilizar nuestra red informal de contactos, es decir, requerir la información de otros profesionales que están en nuestra misma situación.
7. Inscribirnos en sitios de empleos profesionales, en sitios de expertos o en bolsas de trabajo online.
8. Demostrar que tenemos también otras metas que inciden en nuestro currículum, tales como participar de organizaciones humanitarias, sitios de voluntariado, etc.
9. Diversificar nuestros canales de búsqueda, sobre todo utilizando internet, ya sea en redes sociales, foros o blogs profesionales, analizando y prestando atención al 'cómo' se comunican los empresarios en los sitios web.
Recordemos que no solamente es el salario la variable de negociación. Podremos negociar también beneficios, comisiones, incentivos, horario flexible. Estos consejos nos sirven siempre que tengamos presente que existen muchas potencialidades, fortalezas, virtudes, actitudes en nosotros que nos diferencian del resto.
Por ello, ¿conocemos realmente lo que valemos?
Fuente imagen: Javier Leiva, disponible bajo licencia de Atribución 2.0 Genérica (CC BY 2.0) en USD | Flickr: Intercambio de fotos
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