¡Qué lindo llegar a nuestro lugar de trabajo y convivir en un cordial clima laboral! Es un ideal que todos tenemos aunque reiteradamente pensamos con qué cara vendrá nuestro jefe y cómo estará su ánimo. Cuando exploramos el vínculo con nuestros superiores, frecuentemente imaginamos que somos atormentados por autoridades que disfrutan dificultando nuestra labor. Pero nos hemos preguntado alguna vez ¿esto es realmente así?
Por eso primero debemos analizarnos, para saber si realmente no somos nosotros mismos quienes tenemos prejuicios, si estamos cumpliendo con las metas que nos fijan o si hemos demostrado que somos competentes para desempeñar el puesto en que estamos.
Luego debemos advertir que nuestro jefe es también un ser humano con los mismos sentimientos, defectos, virtudes y problemas que todos tenemos. Probablemente, con el correr del tiempo, por diversas circunstancias se han producido discordias con los superiores, pero diferenciemos si éstas no son fruto de nuestras actitudes de recelo o rencor hacia cualquier posición de autoridad, por el simple hecho de serla.
En ese caso para mejorar la relación con nuestros dirigentes tomemos algunos consejos
1) Conozcamos mejor a nuestro jefe: su personalidad, sus reacciones, su estilo de liderazgo, sus intereses y expectativas lo cual nos ayudará a entenderle.
2) Elijamos los momentos adecuados para relacionarnos con él, estando atentos a sus indicaciones, comentarios, opiniones e instrucciones sobre las tareas.
3) No lo veamos como un rival pues factiblemente él esté dispuesto a ayudarnos en nuestros progresos laborales.
4) Perfeccionemos la relación de manera que nos transformemos en su aliado, apoyándole y colaborando en su trabajo para alcanzar los objetivos organizacionales.
5) Propongámosle al menos una reunión mensual para discutir no sólo acerca de sus expectativas, sino también nuestras aspiraciones y obtendremos una mejor reciprocidad porque sabremos qué es lo que realmente espera de nosotros.
6) Mejoremos nuestra comunicación y estemos siempre abiertos al diálogo con las autoridades para que fluya una relación honesta evitando malentendidos.
7) Tratemos siempre de mejor, de ganar su confianza, de colmar sus intereses, de perfeccionarnos y capacitarnos constantemente para demostrarle nuestras cualidades y valía personal.
8) Mantengámoslo al tanto del estado las tareas que realizamos, de la información que poseemos, de las dificultades y no dudemos hacerlo partícipe de nuestros avances y logros.
9) Colaboremos siempre con los objetivos grupales y organizacionales. Esto nos posicionará como facilitadores, personas del staff confiable y nos reportarán beneficios insospechados.
10) No nos vivamos quejando del jefe y del trabajo. Seamos agradecidos y pongamos nuestra energía en mejorar y transmitir optimismo.
Estos consejos no significan que debamos siempre ceder o resignar posturas, ni que debamos decir sí a todo o renunciar a nuestros ideales. Solo representan algunas ideas que contribuirán a llevar una mejor relación con los superiores ¿Qué esperamos para ponerlas en práctica?
Fuente de imagen:Horncologne, disponible bajo licencia Atribución 2.0 Genérica (CC BY 2.0) en http://www.flickr.com/photos/horncologne/3034108533/
¿Cómo tener una buena relación con tu jefe?
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