Necesito la fórmula para vender más

Mire a su alrededor y se dará cuenta de que todo lo que le rodea ha pasado por un proceso de compraventa. Le reto a encontrar algo que no haya sido vendido a alguien en su momento. Justamente porque es un proceso tan común, presente en todos los aspectos de nuestra vida, parece sencillo, pero de ninguna manera fácil; sencillo, porque se pueden seguir algunos pasos que, sin duda, llevarán al éxito, pero no es fácil porque requiere valor, conocimiento y mucha constancia.

Antes de conseguir la inversión, montar la página de internet o sentirme un ganador, debo intentar vender la idea al inversor, la página a los usuarios o mi imagen de ganador. Ojalá existieran fórmulas mágicas para vender, claro que les vendería la receta, pero por ahora sólo puedo darle algunos consejos prácticos:

1. No pospongo la venta: antes de pensar en cuánto venderé o ganaré, me concentro en la estrategia comercial que voy a seguir, la pongo en práctica, la pulo, la ensayo, la repito, la pongo a prueba y, si puedo, hasta la sueño.

2. Conozco lo que vendo: Para conocer mi producto debo plantearme preguntas que me respondo sinceramente: ¿Cuál es la necesidad que cubre? ¿Pagaría por mi producto tal y como está? ¿Cuáles son sus ventajas, desventajas o defectos?

3. Conozco a mis posibles compradores:Es importante preocuparse por obtener la información necesaria para saber qué buscan los posibles compradores del producto y por qué están dispuestos a pagar. No necesariamente el producto debe adaptarse a todo lo que el cliente necesita; la idea es encontrar clientes que quieran el producto tal y como está lo que implica ubicar las necesidades del cliente.

4. Me conozco a mí mismo: Si tengo claras mis fortalezas y debilidades, usaré este conocimiento a la hora de vender. Si tengo dificultades para entablar una conversación con alguien o proponer alguna idea, necesariamente tengo que corregirlo. La autoconfianza es la base para vender. No importa el medio de venta, personal o virtual; si no tengo la confianza suficiente para exponer mis argumentos de venta o mis ideas innovadoras, estoy perdido.

5. Estoy dispuesto a equivocarme: El error es una fuente valiosa de conocimiento. Intentar algo implica contemplar la idea de que se van a cometer errores que, a la postre, van a refinar la estrategia. Es bueno equivocarse, aunque, claro, busco equivocarme rápido y barato.

6. Busco clientes. Los clientes no llegan solos: no al comienzo, así que debo salir a buscar oportunidades, y tener muy claro que voy a recibir negativas más veces de las que imagino. No necesariamente tener un lugar en internet o utilizar las redes sociales garantizan la búsqueda eficaz; la creatividad de los métodos de búsqueda son la materia prima.

¿Tiene una idea brillante? ¿A cuántos se la ha vendido hoy?

Fuente imagen: Felipe Araya Allende, disponible bajo licencia Attribution - NonComercial - ShareAlike 2.0 Generic (CC BY- NC - SA 2.0) en http://www.flickr.com/photos/pipearaya/2619001465/