Luego del debut oficial de la nueva Ley de Inscripción Automática y Voto Voluntario el pasado fin de semana, se alzaron ciertas figuras como los grandes vencedores de la jornada al asumir alcaldías emblemáticas de Santiago y del plano político, como lo fueron Josefa Errázuriz, Carolina Toha y Maya Fernández, quienes desplazaron de los municipios a Cristián Labbé, Pablo Zalaquett y Pedro Sabat, respectivamente. Sin embargo, los resultados de estos candidatos se elevaron en un plano sumamente preocupante para el actual sistema electoral y democrático de Chile: del total del universo votante del país el 59% de los ciudadanos optó por la abstención.
Según la información entregada por el Ministerio del Interior en el último cómputo, de 13 millones 404 mil chilenos aptos para votar en el nuevo padrón electoral, sólo 5 millones 495 mil 947 concurrieron a las urnas, con lo que el nivel de abstención llegaría al 59, 1 por ciento, superando ampliamente el 42 por ciento de las municipales de 2008 o el 38 por ciento de 2004. Haciendo un análisis generalizado, más de 7 millones de chilenos se restaron de participar durante la última jornada electoral, lo que sin duda es preocupante.
Sin duda que esta baja convocatoria de votantes refleja un desinterés general de la población por la política, lo que es demostrado por la mayoría de las últimas encuestas y sus percepciones sobre las principales coaliciones del país. También esta alta abstención fue guiada por las características de la nueva legislación electoral, la cual anuló el castigo o multa por la inasistencia a sufragar estando inscrito,
¿Por qué la gran mayoría de los jóvenes no votó?
La nueva Ley de Inscripción Automática y Voto Voluntario apuntó a integrar al sistema electoral chileno a una gran masa de jóvenes que no eran parte de este (más de 5 millones de nuevos votantes en total), decisión que claramente terminó siendo una apuesta errónea en busca de mayor representatividad en nuestra democracia. Según destacados expertos, como el sociólogo Alberto Mayol, el bajo interés del mundo joven y de quienes no sufragaron se debió “a un problema del sistema político y no de la vitrina de candidatos” que participaron de la oferta este 2012.
Otro motivo que alude directamente a la falta de juventud interesada en participar en la última medición, es el vinculado a las causas sociales vigentes en el país, específicamente desde el movimiento estudiantil. Esto lógicamente tuvo un impacto en ciudadanos que no han visto cambios drásticos o acordes a los exigidos para la educación en Chile, confirmado por el llamado de la Aces (Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios) a no participar de estas elecciones a través de la campaña “Yo no presto el voto”.
Esto explica en cierto sentido la baja representatividad que siente la juventud chilena con la actual política, lo que se ha propagado ascendentemente al resto de la población, y sólo un año antes de las próximas elecciones presidenciales de 2013.
¿Crees que se repetirá este escenario el próximo año?
Para revisar el detalle de los concejales y alcaldes electos en la pasada convocatoria junto con la cantidad y porcentaje que obtuvo cada participante, acceda al siguiente link.