Sobradas son las investigaciones y estudios que hablan sobre la eficiencia y eficacia del trabajo en equipo. La sinergia que se obtiene cuando el trabajo en equipo es positivo, es siempre más productiva que el resultado de los esfuerzos de una sola persona.
Existen ventajas y problemas a la hora de trabajar en equipo, en este sentido, no solo se deben dejar de lado los egos y los intereses individuales, sino que además debemos salirnos de nuestro "lugar de confort" y escuchar otras opiniones, quizás muy contrarias a las nuestras. Trabajar en equipo es abrir nuestra mente y aventurarnos a lo desconocido.
Algunas de las ventajas más evidentes del trabajo en equipo son: el incremento del aprendizaje individual al compartir conocimientos, experiencias, puntos de vista; la satisfacción de necesidades sociales; el desarrollo de habilidades de comunicación, de negociación y de persuasión; y finalmente la motivación que proporciona la posibilidad de aportar ideas y ser escuchado.
Asimismo, algunos de los problemas que debemos enfrentar -si no está bien gestionado el trabajo de un equipo- son, por ejemplo: la prevalencia de los objetivos personales sobre los del equipo; los conflictos interpersonales e individualismos; la toma de decisiones arriesgadas; la incapacidad de llegar a acuerdos y un mayor consumo de tiempo y energía para obtener similares resultados.
¿Pero por que fallan los equipos de trabajo? Ya mencionamos algunos de los problemas a los cuales podemos enfrentarnos si el trabajo en equipo no es bien gestionado, y sobre todo si el equipo no cuenta con un buen líder. Algunas de las causas por las que un equipo falla pueden ser:
1.- Necesidades distintas: Un equipo falla en cumplir sus objetivos cuando existen personas con agendas personales que persiguen objetivos que se oponen entre sí. El líder del equipo debe asegurarse que los objetivos del "team" no estén en oposición con los objetivos personales de sus integrantes.
2.- Metas confusas y roles pocos claros: Esto sucede cuando nos presentamos con un equipo que tiene que trabajar, pero no sabe muy bien qué se espera del mismo. La solución es clarificar el motivo por el cual existe el equipo, definir su objetivo y los resultados que se esperan de él. Asimismo, es importante tanto definir el objetivo del equipo, como los roles de cada miembro que lo integra.
3.- Conflictos de personalidad: Sucede que muchas veces los miembros del equipo no se llevan bien. La solución es averiguar qué esperan los miembros unos de otros, qué prefieren y en qué difieren. El líder tendrá que decidir si puede aprovechar las diferencias en beneficio común o si sustituye a los miembros conflictivos.
4.- Visión borrosa: Esto sucede cuando el líder falla, muchas veces porque carece de las aptitudes para generar el impulso común necesario para generar los resultados.
5.- Cultura antiequipos: La falla aquí es del entorno. En muchas empresas o instituciones (generalmente en el sector público), la organización no está preparada para un trabajo cooperativo e intersectorial.
6.- Feedback e información insuficientes: Esta es una falla mixta, el trabajo del equipo no está siendo evaluado y/o el equipo no recibe del resto de la organización la información que requiere para su tarea.
De todos modos, hay algunas reglas de sentido común que demuestran que con un poco de esfuerzo podemos trabajar en equipo manteniendo un buen ambiente:
1. La primera regla para ahorrarnos malentendidos es definiendo claramente nuestro perímetro de acción en el equipo (función y cometido). En otras palabras, qué es exactamente lo que se espera de uno.
2. Encontrar el equilibrio entre lo que es mejor: imponer nuestras ideas personales o lograr que tus compañeros adhieran a tu idea.
3. Crear un buen ambiente de trabajo. A veces basta con proponer unas cuantas reglas de convivencia para consolidar un grupo, fomentar la cohesión y animarse mutuamente.
4. Ser un buen compañero de trabajo, respetando los distintos puntos de vista y ofreciendo ayuda cuando alguien lo requiera.
5. Ser amable. Un "hola", "por favor" o "gracias" son imprescindibles. No hay que olvidar que la educación y los buenos modales son la base del respeto. Criticar abiertamente a compañeros, dictaminar quién lo hace bien y quién mal no causa buena impresión.
6. Aprender a escuchar y demostrar apertura mental aunque no necesariamente estés de acuerdo.
7. Un pequeño toque de humor, una broma o chiste ayudan a relajar el ambiente, hacer migas con los demás y crear complicidad.
8. Si surge un roce o un malentendido, es mejor hablar cuanto antes con la persona en cuestión antes que hacerse mala sangre. Dejar un malentendido sin resolver es lo peor que puede hacerse.
9. Muchas veces trabajar en equipo crea una serie de tensiones, desacuerdos o discordancias. A no preocuparse. Lo mejor es salirse por la tangente y quitarle dramatismo al asunto guardando silencio o con un poco de humor.
10. Asumir la responsabilidad cuando cometamos errores. No hay nada de malo en equivocarse si uno tiene buenas intenciones, y esto es importante tanto para nosotros como para el resto.
¿Has integrado equipos de trabajo y puesto en práctica éstas reglas de sentido común?
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El trabajo en equipo
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Consejos Profesionales