Cuando nos desempeñamos laboralmente, solemos prestar atención a la manera correcta de realizar nuestras tareas: atender un teléfono, llevar a cabo negociaciones, realizar presentaciones, etc., implican de nuestra parte el manejo de técnicas para las que nos hemos preparado de alguna manera. Sin embargo, pocos pueden reconocer que hay una tarea simultánea, silenciosa, invisible, y que garantiza el éxito de nuestro desempeño: la tarea de llevarnos bien.
“Llevarnos bien” implica poder relacionarnos con otros implicados en nuestra tarea: es una capacidad que permite organizarnos, para que las cosas fluyan y se lleven a cabo de la manera más simple posible.
El éxito de una gestión no proviene a partir de manejar correctamente una técnica: por más que demostremos haber pasado por las mejores universidades, las mejores empresas, los mejores emprendimientos, todo se esfuma al momento de no poder interactuar sanamente con los demás.
Nadie quiere relacionarse con personas problemáticas: si no reconocemos que además de realizar “la tarea por la que nos pagan” debemos también realizar “la tarea de llevarnos bien”, probablemente estemos inmersos en nuestro mundo miope, desde el no podamos advertir por qué se dificulta el logro de los objetivos (y lo que es peor, desde el que tal vez asignemos la culpa a la “inoperancia” de los que nos rodean).
Para llevarnos bien, no es necesario compartir valores, elegirnos como amigos, ni opinar igual. Para llevarnos bien, sólo es necesario “querer llevarnos bien”.
El gran desafío radica en realizar la tarea de llevarnos bien, incluso con aquellos con los que no compartimos valores, a los que no elegiríamos jamás como amigos, y con los cuales nos separan nuestras opiniones. Por esto mismo me refiero a que “llevarnos bien” debe ser una tarea en sí misma, tan tarea como la que realizamos a cambio de una contraprestación económica.
Probablemente, muchos no perciban que “llevarnos bien” sea una tarea en sí: es posible que sin haberlo planeado, ya lo realicen satisfactoriamente, y sólo adjudiquen el éxito de su gestión a su mero conocimiento de habilidades técnicas. Sin embargo, un desempeño pobre en nuestras habilidades interpersonales, puede redundar en un desempeño pobre en nuestras habilidades técnicas (con su consiguiente impacto en nuestro rendimiento general).
Tengamos en cuenta que nuestras habilidades técnicas se apoyan sobre nuestras habilidades interpersonales: sería algo así como un vagón de tren que circula por las vías (si todo funciona correctamente, probablemente no reconozcamos la presencia de las vías, aunque en el momento en que algo dejó de funcionar, tal vez sí tomemos conciencia la base sobre la que circulamos).
En definitiva, “llevarnos bien” es la garantía invisible, imperceptible, y crucial, para que todo lo demás funcione. El verdadero éxito radica en reconocer la importancia de esta tarea, y en decidir implementarla siempre, con todos, y de manera consciente.
La tarea de llevarnos bien en el ámbito laboral
Publicado
por
Lorena Hure