Cada vez es más difícil ingresar o escalar puestos en el marcado laboral. Los candidatos se han multiplicado, y las compañías lo saben y aumenta su exigencia al momento de contratar a alguien. En este contexto, las entrevistas personales de trabajo son la instancia ideal para conquistar al posible empleador demostrándole por qué somos ideales para esa empresa. Son muchos los especialistas que dicen que la mejor forma de triunfar en reuniones de este tipo es pensar que se trata de una primera cita.
En primer lugar, se ha comprobado que existe una selección y atracción natural mutua entre las empresas y las personas. Esto sucede ya que la forma de trabajar de una persona depende de necesidades básicas y psicológicas propias que se complementan, o no, con la cultura organizacional de una empresa. Al respecto, se plantea que los profesionales no solo buscan compañías relacionadas con el área propia de trabajo, si no también, que cuenten con ciertas características como ser éticas y morales, defender el medio ambiente, entre otras cuestiones.
De esta manera, algunos autores aseguran que la mejor forma de conseguir trabajo es actuar en las entrevistas laborales tal como se lo haría en una primera cita. Al respecto, brindan interesantes consejos a tener en cuenta. El más importante de todos es una regla básica de la vida “No hay una segunda oportunidad para una primera impresión”, por lo que los primeros minutos en la reunión, tanto como en la cita, son claves para que el entrevistador haga un rápido perfil del candidato.
Para salir airosos de esta situación, es fundamental atender a todos los detalles posibles. Asimismo, existen otros trucos que permiten obtener mejores resultados en las entrevistas laborales personalizadas. Entre ellos, es importante demostrar confianza y seguridad propia, sin llegar a parecer pedante, soberbio o demasiado perfecto. Un buen truco es elegir una silla cerca del entrevistador, demostrando que se tiene el control sobre la situación. Además, es importante sonreír y demostrar el buen humor durante la duración de la entrevista.
Aunque muchas personas piensan que el entrevistador es quien debe llevar las riendas de la reunión, suma mucho que el entrevistado realice todas las preguntas que pueda, siempre con respeto. Con las respuestas se puede conocer características del trabajo, del ambiente laboral que servirán para el futuro y para la misma entrevista. La clave es realizar preguntas precisas para que el interés se observe verídico.
Una de las preguntas más difíciles en las entrevistas laborales son las relacionadas con “defectos”, “puntos débiles”. Los especialistas recomiendan dar respuestas que no tengan que ver con el trabajo y convertir lo negativo en positivo.