Yo le quiero pedir que este año, y los venideros también, se abstenga de ir al rodeo. No por una “volada” mía que sólo tiene por argumento el “porque sí”, porque para eso pondría unas pancartas pegadas en las calles diciendo “NO AL RODEO”, le rayaría los muros a una medialuna, y le haría añicos las espuelas a algunos huasos que ya se preparan para la “festividad”. Sin embargo, me detuve ¿sabe? y he hecho una enumeración en un papelito que tengo de borrador aquí en mi escritorio, con las cosas que usted debería saber, más que ver. Porque una cosa es ver, con la adrenalina del momento, a un novillo arrancar y correr por su vida; y otra cosa es, a través de argumentos médicos/veterinarios comprender el daño que sufre el pobre diablo que tuvo la mala suerte de nacer novillo.
En Chile hay una Federación Nacional de Rodeo, por ende, se plantea esta práctica como un deporte. No podré referirme nunca a éste como tal, porque no representa valores, ni superación (más que ganarle a un animal no-humano); menos admiración. Lo siento, pero el concepto de deporte, para mí, es otro.
Me puse a investigar y hay reglas que “protegen” al novillo, como golpes y apretones al novillo fuera de la zona acolchada son penalizadas, algunos con expulsión del rodeo. El 2006 las normas se han endurecido para evitar casos de violencia que ocurrieron años anteriores; también leí que se aprobó un reglamento que restringe la carrera a una franja de 8 metros desde el borde de la medialuna, para que baje la presión que soporta el novillo en la atajada; por lo que se prohíbe y castiga cualquier choque, aunque sea casual, del novillo en el apiñadero.
SI lo dicho anteriormente fuese real; si las reglas sí se cumplieran, si partimos de la premisa que el novillo se salva de fracturas, y golpes “más fuertes”, más no del miedo y de dolor; igual es un hecho que hay maltrato. Hay veterinarios, la mayoría de vieja escuela, que dicen que el novillo no vive ningún sufrimiento que no sea soportable para él… hay otros, que plantean y acusan el rodeo como maltrato animal. Sea un caso o el otro, yo me pregunto ¿el novillo siente dolor? Sea mucho o poco, ¿Está presente? Sí, lo está. ¿No es eso suficiente para no querer ser parte de eso? ¿No es acaso, el dolor de un animal inocente un argumento válido para plantear que es una práctica abusiva, torturadora y dolorosa?
En el rodeo hay un novillo en una medialuna que debe arrancar y correr por su vida, porque es aplastado por dos jinetes a caballo. Se supone que debe pesar entre 350 y 400 kilos, para que equipare el peso de un caballo, pero ¿equipara el de dos?. Aunque fuese uno, ¿es justo? ¿Es justo que sea golpeado, aplastado, y vejado por seres humanos que sólo se están divirtiendo? No, no lo es.
Hay más tradiciones… ¿Por qué defender y avalar ésta? Si quiere, hágase fan de tomar chicha hasta quedar inconsciente, encumbre volantines hasta que su mujer le pida que la pare, cómase todas las empanadas que pueda, baile cueca y agárrese a combos bien curao, como en un típico 18 de septiembre; pero déjeme al novillo en paz. El novillo ya tiene un futuro poco alentador, porque será faenado en unos años más para ser alimento… ¿No cree que con eso ya es más que suficiente?
Aquí pruebas empíricas de cómo termina un novillo después del rodeo:
“Hemos visto cómo pequeños novillos de cinco o seis meses son sacados de los establos sangrando, con huesos rotos, con caderas dislocadas, e incluso moribundos, luego de su linchamiento en las medialunas. El señor Resperger está muy equivocado al decir que no hay daño en los animales.”
Por último, les dejo el testimonio de una periodista que presenció un rodeo en el que el novillo trató de arrancar saliéndose de la medialuna: http://parati.taconeras.net/2011/09/21/cultura-eco-rodeo-deporte-nacional/
No vaya al rodeo
Publicado
por
Paula Tejeda