El año pasado, la Universidad Bernardo O’Higgins lanzó una publicidad aludiendo directamente a las sedes educativas pertenecientes a la CONFECH. Donde aparecía una palmera y un par de pies, señalando que sus alumnos estaban de vacaciones mientras los otros seguían en clases por participar en las movilizaciones. Irónicamente, se encuentran entre los miembros más felices en la Confederación de Estudiantes de Chile, junto con otras Universidades que han sido acusadas de lucrar y de entregar educación de poca calidad.
A finales del año 2011 la CONFECH sufrió un cambio administrativo de tamaños colosales, dejando de lado a presidentes emblemáticos del movimiento como Giorgio Jackson y Camila Vallejo, dándole paso a nuevos ideales para los estudiantes de la mano de Gabriel Boric y Noam Titelman, quienes incursionaron en una idea antes no pensada por sus predecesores, una unidad de todas las sedes educativas solamente en un petitorio.
Esta idea fue recibida con bombos y platillos en muchas Universidades que querían tener una participación política dentro de los “grandes” para denominarlos de alguna forma. Todos buscando integrarse a algo casi utópico para muchos, dejando de ser discriminadas por el hecho de ser privadas y tener voz y voto dentro de las tradicionales. Sin embargo, ¿A qué universidades se eligió para partir con ello?
Las 3 primeras sedes educativas que se integraron a la Confech fueron: la Universidad de Viña del Mar, La Universidad de las Américas en Concepción y la Universidad Bernardo O’Higgins. Dichas casas de estudio no se encuentran entre los 24 mejores puestos del año 2011 – 2012 como sale en nuestro sitio y muchas veces se usan como mofa entre los alumnos que aspiran a entrar a una tradicional o una que imparta educación de calidad. No se le está restando mérito a ninguna de ellas, por supuesto, están todas acreditadas, tienen años de vigencia y son representativas del sistema que predomina en el país, aunque debe haber un cuestionamiento de porqué dichas casas de estudio fueron las primeras y no las mismas que se integraron al consejo de rectores en el proceso PSU el año pasado.
El mito que la Universidad privada es mala, solamente por el hecho de serla es un mito que ya se ha desbancado con los años, es cosa de ver que muchas casas de estudio cuentan con acreditaciones en el extranjero, la posibilidad de investigar en el país y una cantidad de recursos casi ilimitados y con laboratorios y sedes, muchas veces mejores que cualquier tradicional. Lo mismo ocurre con su voz y voto político, muchas sedes ya poseen federaciones propias y gozan de una fuerza política considerable que logra destacar entre las demás. En lo personal, considero bien conciso en sus argumentos a Patricio Órdenes de la UAH y a Fernanda Sandoval de la UDP. Como se puede observar en la siguiente nota realizada por Universitarios.
Ahora es cosa de esperar, de ver qué acciones toma la Confech y ver quién ingresa a la federación más importante de Chile, y creo que todos esperamos, que se le de cabida a Universidades de calidad y no comenzar a ingresar a cualquiera que quisiese participar, especialmente las que no estén acreditadas.
¿Crees que todas las Universidades Privadas deban ingresar a la Confech? ¿Será factible dar un petitorio entre todas las universidades?