Intentar. Esa es la palabra clave, pero no una, dos, o tres veces, sino las que sean necesarias para que el negocio que te quitó el sueño durante meses esté en marcha y con éxito.
Para muchos esta es la primera y más importante cualidad de los emprendedores: la perseverancia, junto con buscar oportunidades de negocio en la vida cotidiana, teniendo presente que tanto el fracaso como el éxito están a la vuelta de la esquina.
Así lo vivió el equipo de ClickFono , cuyo servicio consiste en que las empresas instalan botones ClickFono en diferentes lugares del sitio web con los cuales los clientes, con un simple click, se pueden comunicar telefónicamente con la empresa de manera gratuita o con el ejecutivo más indicado.
Según uno de los creadores de este equipo de ingenieros civiles de la PUC, Sebastián Ojeda, siempre tuvieron “la inquietud de buscar nuevas oportunidades. Es parte de la personalidad del emprendedor, la de identificar un problema y buscar una solución”. Sin embargo, asegura que no todo fue fácil. Cuenta que dentro de los principales problemas que tuvieron a la hora de llevar a cabo el negocio se cuenta el financiamiento y el ser validados en el mercado, ya que asegura que “las empresas no se atreven a probar un nuevo servicio si es que no se lo has vendido a nadie. Debes ganar reputación y eso toma tiempo y mucho esfuerzo”.
En ese sentido Sebastián destaca la ayuda que les entregó CORFO, en cuanto a capital, a la posibilidad de hacer una pasantía en Silicon Valley en Plug and Play Tech Center y a la red de contactos que tienen que les permite una relación a otros emprendimientos, lo que es muy importante para las redes de negocio.
Perfil de emprendimiento
Si bien en Chile el tema de emprender es visto muchas veces con temor, poco a poco, al igual que en los países en desarrollo, siempre hay un interés por emprender.
Para Cristóbal Undurraga, gerente de Emprendimiento de CORFO, “estamos observando que hay un interés creciente en Chile entre profesionales y jóvenes por ser emprendedores, lo que es una señal muy positiva de lo que puede pasar más adelante con la generación de nuevas empresas, y lo principal, en la creación de empresas de alto potencial de desarrollo y crecimiento en el país”. Y las cifras así lo demuestran. En 2011 se crearon 54 mil nuevas empresas, lo que Undurraga califica como una “una cifra muy positiva”.
Pero el perfil del emprendedor chileno está bastante claro. Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), Reporte Nacional de Chile 2010, es posible “caracterizar al emprendedor chileno en promedio como una persona de sexo masculino, bordeando los 40 años, de clase media, con grados educacionales superiores a los obligatorios en Chile y dueños de negocios orientados preferentemente al sector de servicios al consumidor”,
En cuanto a los sectores, el que lleva la delantera según un estudio de Capital Semilla en 2010 es Biotecnología, Energía y Medioambiente (30%), seguida de TIC (23%), la Alimentaria (20%) y la Minería e Infraestructura (10%).
Sin embargo, en la otra cara de la moneda, el papel de las mujeres en cuanto a emprendimiento está muy relegado. Según el mismo reporte el 18,4% de las mujeres económicamente activas se declara emprendedora, es decir, unas 830 mil mujeres. Número que representa un alza del 17,5% con respecto al sondeo del año anterior, pero que está muy por debajo de la cifra de emprendimiento de los hombres que llega al 27%. Maule, Biobío y Arica y Parinacota son las tres regiones del país donde la tasa de emprendimiento femenino supera el promedio nacional.
La radiografía que el informe realizó sobre las mujeres emprendedoras es que son de 37 años promedio, en el caso de las emprendedoras iniciales, y 45 años en las establecidas, con estudios secundarios finalizados y enfocadas hacia sectores de servicios al consumidor final (ventas de productos o servicios).
Ensayo/ error
Si bien el fracaso es una posibilidad, hay que tomar en cuenta las cifras. Según Carlos Poblete, Coordinador Global Entrepreneurship Research Center de la Universidad del Desarrollo destaca que durante el 2010 el 5,6% de la población entre 18 a 64 años que tenía un negocio lo cerró, pero advierte que esto no significa que éstas hayan sido empresas constituidas formalmente.
La razón este cierre puede ser una o varias, según advierte Cristóbal Undurraga de CORFO, que asegura que en el caso de los emprendimientos, y en los nuevos negocios en general, hay cuatro factores que juegan un rol importante: a) Contar con un equipo capaz de desarrollar la idea de negocio; b) Identificar un mercado viable/rentable para comercializar la idea o el producto; c) Contar con tecnología y soluciones “atractivas” y “vendibles” en los mercados y finalmente tener un modelo de negocio que incluya un plan concreto y efectivo para lograr financiamiento para el emprendimiento.
“La mala combinación de alguno de estos pilares podría influir en el éxito o fracaso de un negocio, o incluso, afectar la tasa de crecimiento que potencialmente tienen para desarrollarse tanto en Chile como en el extranjero”, destaca.
Es en estos casos cuando el espíritu emprendedor debe reaparecer para partir de cero, ya sea con una nueva idea o perfeccionando la misma. Solo así una idea de negocio se vuelve en una realidad y con éxito.
El espíritu emprendedor en Chile da pasos lentos pero seguros
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Rossana Ch