Si para algunos es sólo una forma de contratar mano de obra muy barata e incluso gratis, para otros es la experiencia de ejercitarse para el trabajo que vendrá más adelante o la forma de entrar a una empresa con la opción de que luego de meses, puedan firmar un contrato.
Y es que a fin de año las posibilidades de hacer una práctica profesional crecen 8 veces, especialmente porque llegan las esperadas vacaciones o porque el estrés del trabajo se desploma sobre todo en febrero.
Pero ser practicante no es fácil. Con fama de ser “cachos”, los recién llegados se pueden llevar los trabajitos que nadie quiere hacer o simplemente ser la persona encargada de las fotocopias o el café. Pero sea como sea hay que hacerle frente a la experiencia y el salir bien parado depende de la actitud tanto de los empleadores como de los pasantes.
Según la encuesta de Trabajando.com a más de 6 mil personas, “el 53% de los encuestados cree que la práctica es una forma de aprender y ganar experiencia, por lo tanto, hay que sacarle el máximo provecho. Otro 18% de los encuestados, evalúa la práctica profesional como un gran acercamiento al mundo laboral, el 16% afirma que es el primer paso para la posterior contratación”, mientras que el 11% restante sólo ve a las pasantías como un trámite necesario para la obtención del título.
¿Meses de martirio o de aprendizaje? depende desde donde se le mire. Para Álvaro Vargas, gerente general de Trabajando.com Chile “el período de práctica profesional es el primer acercamiento con el mundo laboral y si el alumno lo toma en serio, puede abrirle muchas puertas a futuro. Existen estudios que demuestran que un 60% de las personas que realizan su práctica en una empresa, se quedan trabajando en ella”.
En la cancha
Al regreso de la prácticas (casi siempre en abril), ya se pueden ver las caras de felicidad o frustración, ya que de no aprobar la pasantía, el alumno debe estar nuevamente en una oficina durante el verano o compatibilizando estudios y prácticas durante el año académico. O simplemente deben rellenar el formulario para que su jefe le ponga una merecida nota.
Este es el caso de Carolina Alzamora, quien realizó su práctica en un canal de televisión cuando estaba en 4º año de su carera de periodismo. Sin experiencia en televisión, llegó sólo con las ganas de aprender. Sus tareas eran básicamente reportear, proponer temas y hacer producción. “Quizás no te mandaban a cosas muy importantes pero paso a paso empezaban a confiar en ti”, asegura Carolina, quien además valora la buena disposición de sus compañeros. “Lo que siempre destaco hasta el día de hoy fue el buen ambiente laboral en el equipo. De mucha confianza, de lealtad y también mucha simpatía y respeto, se pasaba bien trabajando y eso es impagable. Claramente hubo episodios donde no todo era alegría, pero en general creo que fueron muy receptivos y muy dispuestos a enseñarme y corregir en lo que fallaba”, destaca. En el caso de Carolina, la experiencia fue excelente ya que asegura nunca se sintió como una practicante, y al mismo tiempo su trabajo fue bien valorado por lo que siguió colaborando en el canal.
Sin embargo, no todas las experiencias son igual de positivas. En el otro lado de la cancha se encuentran los empleadores quienes al recibir a practicantes, tienen más un problema que una ayuda.
Este es el caso de José Chávez, gerente de una empresa mecánica, quien este verano contrató a Cristián egresado de ingeniería en ejecución mecánica para que realizara un trabajo puntual en su taller. José asumió que al ser egresado de esta carrea el alumno sería un aporte, sin embargo, con el paso de los días la sorpresa fue total: “no tenía idea de nada”, asegura José.
Para no despedirlo le encomendó otras tareas, en las que tuvo el mismo mal desempeño, aún peor empezaron las inasistencias injustificadas y las licencias. Ante eso a José no le quedó más opción que despedirlo.
“La experiencia fue mala porque mostró incompetencias académicas, incompetencias prácticas y como profesional”, asegura. Además se lamenta que de los practicantes que ha tenido en al menos 80% no ha quedado conforme por su desempeño a lo que atribuye la mala preparación profesional y las pocas ganas de ser un aporte y aprender.
Sea como sea el caso, que existan las prácticas beneficia tanto a pasantes como a empleadores. Trabajadores que cobran poco a cambio de la paciencia de enseñar a personas que recién se enfrentan a lo que es un trabajo real luego de años de práctica teórica.
¿Y tú?, ¿Cómo fue tu experiencia o recién te enfrentarás a ella?
Prácticas profesionales: ¿Un mal necesario?
Publicado
por
Rossana Ch