Es de conocimiento público que las instituciones de educación superior hacen lo imposible por reclutar nuevos estudiantes, aún más cuando estas no poseen un prestigio ganado con los años, ni con una buena generación de profesionales que abalen la calidad de la institución.
Para atraer a los recién egresados de la etapa secundaria, las casas de estudio se reservan información que puede llegar a ser fundamental a la hora de elegir donde estudiar. En su mayoría no especifican si una carrera o institución está acreditada, ni tampoco por cuantos años. A pesar que no se trata de publicidad engañosa, solo de omisión de la información, la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), ha cursado 37 notificaciones en dos meses para que se cumpla con la norma.
Gasto en publicidad
Parecería increíble pero según cifras de AméricaEconomía, las universidades chilenas invirtieron US$20.366.000 en publicidad el pasado 2010. Los temas con los que más se suele atraer a los potenciales “clientes”, son: infraestructura, estudiantes felices, alianzas internacionales y hay uno que nunca falla, la acreditación.
Desde el mes de septiembre a la fecha, la CNA ha identificado 28 instituciones de educación superior con infracciones respecto a la normativa sobre publicidad de sus procesos de acreditación, en los medios de comunicación. Lo más común es que dicen estar acreditados pero no mencionan por cuánto tiempo, qué carreras están acreditadas o si es sólo la institución la que tiene el visto de la CNA.
Marco Kremerman, economista de la Fundación Sol, se refiere a la importancia que tienen que darle las instituciones a este tipo de situaciones. “Es lo mismo que pasa en la educación escolar cuando se ponen señales de mercado. Puede ser el puntaje de la PSU, Simce. La acreditación es una señal de mercado para las universidades; sin embargo detrás de esa señal hay una serie de complejidades. No basta decir sólo que está acreditada, también es importante por cuántos años porque eso es muy distinto en términos de calidad”, dijo.
Sernac
Acá el Servicio Nacional del Consumidor también entra en juego como lo explica Juan Peribonio, Director de la entidad. “Las universidades deben respetar todo lo informado en la publicidad y acordado en los contratos. Las condiciones objetivas anunciadas por las universidades en la publicidad se transforman en parte del contrato. Por lo tanto, ante cualquier promesa o anuncio de una institución educacional, los consumidores pueden exigir su cumplimiento. Por ejemplo, si promete una biblioteca, salas con computadores o determinada infraestructura, debe cumplirlo. Asimismo, el Consejo Nacional de Acreditación establece ciertas reglas para publicitar la condición de acreditada o no de las instituciones que también se deben cumplir”, sostiene.
Sin sanciones
Otro punto llamativo que provoca esta situación, es que, pese a que existen entidades que han sido notificadas más de alguna vez, no se dan por aludidas. Esto también se debe a que el organismo notifica mediante cartas u oficios, pero no tiene la facultad de sancionar.
¿Qué te parece esta situación? , ¿Qué soluciones buscarías terminar con esta práctica?
¿Qué omiten las universidades al hacer publicidad?
Publicado
por
Pancho Cuevas