La marcha fue prohibida, los estudiantes no respetaron eso y el estado, a través de las fuerzas policiales se quiso imponer, ocasionando un desastre de proporciones catastróficas, una gran cantidad de destrozos y un montón de factores que quedarán marcados en la memoria colectiva de todos los estudiantes que participaron en ello. El día que el modelo político chileno falló.
Después de muchas críticas por parte del estado al emplazar a los estudiantes a no participar de una marcha no autorizada los días anteriores, aun así y, avalándose en la Constitución de la República de Chile, artículo 19, N° 13, garantiza: “El derecho a reunirse pacíficamente sin previo permiso”. Generó una hecatombe, mejor dicho, una batalla campal entre estudiantes y la fuerza pública, quienes no escatimaron en esfuerzos (se desplegaron más de 1500 policías) para frenar una avanzada por el tema más importante en la palestra nacional desde hace casi 5 años. La educación chilena.
Sin tomar partido por ninguna de las fuerzas opositoras, debemos tener bien en claro que todas actuaron mal, generando una crisis jamás vista en tiempos de democracia en el país. Donde la efervescencia de los jóvenes estalló con todo, apelando a una causa justa, sin considerar que incumplían en una falta porque no se les permitió marchar por allá. El gobierno también falló en el sentido de, después de ver una gran cantidad de personas y no sentir su poder “sucumbir” entre las consignas, no decidió mediar al diálogo o aceptar las marchas, sino, en desplegar el derecho propio del estado, el derecho a utilizar la fuerza. Derecho que fue aplicado, de manera desmedida por los carabineros de Chile, quienes al ver un mínimo estado de alteración y sublevación (inclusive, solamente al ver un par de jóvenes reunidos) iniciaron un ataque directo a base de gases lacrimógenos, guanacos y muchas cosas que se pudieron haber evitado si el estado o los estudiantes hubieran cedido un poco.
La marcha realizada el fatídico día 4 de agosto se extendió de manera inconmensurable, donde el joven pasó de ser una persona que buscaba una protesta masiva de manera amable y demostrando su descontento a base de palabras a formar parte de la violencia que se desató hasta altas horas de la madrugada. Donde, y para enfocarnos en otro punto, los trabajadores, empleados y personas que viven por los alrededores de la Alameda quedan inmersos en el centro de la batalla entre los ciudadanos de un mismo país. Los saldos finales de la manifestación fueron 874 detenidos y 90 carabineros heridos en todo el país. También en diversas páginas se afirma la muerte de estudiantes en las marchas, sin embargo, por la poca veracidad de las fuentes no podemos confirmarlo.
Como sitio consideramos que concebir un espacio ameno para el diálogo o la mera opción de un punto medio, algo que logre mitigar este conflicto que se ha extendido por más de 2 meses sería un gran avance como país en temas de educación. Hacemos clara alusión a que el estado debe buscar evitar la forma de fiscalizar de manera correcta e idónea las universidades malas y comerciales (digamos las cosas como son), esas que te llaman ofreciéndote el mundo y un campus espectacular, sin embargo, que entreguen una educación paupérrima. Aunque cerrarlas directamente no sería una opción viable, porque ¿Qué hacen los que estudian y trabajan ahí?. Cerrar una empresa que vende educación no es la forma de mejorar un sistema, sino, de complicarlo más.
Aunque todo esto en la prensa nacional sean vistos con malos ojos, conglomerados internacionales como la BBC, CNN ha tomado el caso, como una demanda legítima por parte de los estudiantes y una gran represión por parte del estado, generando una crisis como sistema-gobierno que desencadenó en la actual popularidad del presidente Sebastián Piñera en las últimas encuestas.
Universitarios.cl considera que la lucha es justa, sin embargo, generarla con violencia como ocurrió el día de ayer, no es la mejor opción, si lo es la participación democrática de todos nosotros, anunciándoles por el derecho a votar que, creemos que están equivocados, que el sistema como lo plantean no funciona y haciendo peso en el sistema democrático, para que si se nos considere en cuenta para los planteamientos eleccionarios. Porque, en vez de ser acusados de delincuentes (como le gusta forjar la imagen a los medios típicos), seremos ciudadanos, con los mismos derechos a optar por lo que queremos, y lo que necesitamos.
La lucha armada, la violentista y la de dichos inocuos y racistas (como lo hizo el presidente del colegio de profesores Jaime Gajardo con el ministro del interior Rodrigo Hinzpeter), no es la opción. Porque la violencia conlleva a violencia, y la última vez que ocurrió esto surgió la Unidad Popular y, también cayó de “golpe”.
Vivimos en democracia, utilicemos el diálogo como arma y nuestro voto como espada, para generar un verdadero cambio, impulsando a la juventud a tomar el poder por las vías correctas, demostrémosle a la política decadente nacional que marcamos diferencia y opinión.
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El error gubernamental llamado 4 de agosto
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Universitarios