El show de evo y sus repercusiones. No es novedad que Bolivia, cada cierto tiempo, envíe mensajes, peticiones e incluso amenace a Chile, por una porción de territorio del norte del país, para así, tener salida al mar.
Dejemos de lado las opiniones personales, los mensajes de unión nacional y otros supuestos consensos transversales para ver, lo que algunos tildarían como un auto-gol del gobierno boliviano.
Hace algunos meses, se viene rumoreando una demanda que haría el país altiplánico a Chile para acceder de esta forma a su preciado mar. El supuesto, fue confirmado por el mismo Morales e incluso, ya está conformando un equipo judicial para emprender la demanda en contra de Chile.
El tema se complicó el mes de abril, cuando la misma población de Bolivia, se mostró proclive en contra de esta decisión. Aún más, la gran mayoría de la población encuestada, se declaró como “sin esperanzas” en el tema marítimo. La cruzada boliviana para recuperar el territorio perdido en la Guerra del Pacífico, no tiene fin. La ida a La Haya, siguiendo los pasos del Perú, es un capítulo más del largo libro que tiene las relaciones entre los dos países.
El “auto-gol” llega justo un día después que el Presidente Piñera, en su cuenta anual al congreso, criticara la decisión de Bolivia de llevar el tema marítimo a un tribunal internacional; una encuesta menciona que sólo un 40% de la población altiplánica apoya la decisión de Morales, esto cuando un 78% piensa no se debería renunciar nunca a una salida soberana al mar. La gran mayoría del país, piensa que fue una mala decisión o una simple estrategia para distraer los problemas internos.
Qué dilema tiene ahora el señor Evo Morales. Pero qué más da, mientras siga su cruzada por rencontrarse, por lo que alguna vez, fue de ellos.