Si bien podría parecer antojadizo y escapar a todos los valores morales que conoce el ser humano, pero lamentablemente es una realidad mundial y que atañe también a Chile. Lucrar con la desgracia ajena y de sobremanera con la situación de pobreza que sufren millones de personas alrededor del globo, ya se convirtió en “pan de cada día”.
En nuestro país, los medios de comunicación y en especial la televisión, ha abusado hasta el cansancio la situación de miles de familias que viven a diario sin saber si tendrán dinero suficiente para comer al día siguiente. Escudados en la palabra “social”, varios programas muestran estas realidades, no sin antes refregarles en la cara su condición esperando a cambio una lágrima que ayude a ser el programa líder en sintonía, que a la postre se traduce en réditos económicos.
Panorama global
Según cifras del Banco Mundial, 4.000 millones de personas (más de la mitad de la población de la tierra) son pobres, es decir viven con menos de US$3.000 al año. Esta cifra que es imponente, ha hecho que empresas y compañías internacionales pongan sus ojos en este “mercado”, pero al contrario de lo podría pensarse sería una buena medida para mitigar en parte la situación de muchas familias que luchan por sobrevivir.
Quienes más necesitan se agarran fervientemente al trabajo, ya sea en torno a microcréditos, teléfonos celulares o netbooks para el mercado de masas. Lars Thunell, presidente de la Corporación Financiera Internacional (IFC) en Washington, el brazo inversor del Banco Mundial, da indicios de este fenómeno. "Los pioneros empresariales extraen este potencial y unen tanto a productores como a consumidores pobres en su cadena de valor añadido", señala
Toshiya Masuoka, es un empresario que se concentra en la promoción de empresas que vendan productos lucrativos para los pobres, para que así de a poco vayan superando esta condición. El japonés sostiene que comparado con otras iniciativas de ayuda en lo económico y social, “estos modelos tienen una tasa de éxito más elevada”.
Los artefactos van desde teléfonos móviles baratos a netbooks, acomodados a las necesidades de la India rural, o a la organizada distribución de Coca-Cola mediante carretillas manuales en el este de África, cofinanciada por el IFC, que ha puesto la esperanza en este nuevo modelo, creando incluso un departamento propio, donde el Banco Mundial invierte US$4.000 millones hasta ahora en 150 empresas con este modelo de negocio.
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Foto: UPI
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El negocio de lucrar con los pobres
Publicado
por
Pancho Cuevas