Finalmente EE.UU logró uno de sus principales objetivos de la última década: matar a Osama Bin Laden (si fuera cierto, claro). Desde el recordado 11 de septiembre de 2001, con el atentado a las torres gemelas, los norteamericanos prometieron capturar al “supuesto” líder de dicho evento, para vengar la muerte de todos aquellos que se encontraban en el centro económico más importante del mundo y, también, para acabar con el “terrorismo” engendrado por la organización paramilitar Al Qaeda.
Y tal como ha sido el tópico regular de todo lo que tiene que ver con Osama Bin Laden- y su relación con el país norteamericano- su muerte no podía estar exenta de especulaciones. La primera de las informaciones “dudosas”, sería el anuncio del cuerpo del difunto arrojado en el mar por Estados Unidos, en contraposición con el precepto islámico de que “sólo se reconoce como sepultura el entierro de un cadáver bajo tierra”.
Una maniobra bastante irónica, que pasa por alto las creencias del mundo iraní, pero también muy sospechosa, en un mundo que pone en duda hasta la misma existencia de dicho personaje y que necesita la prueba concisa de su muerte para creerla.
Lo segundo, es la imagen que se habría difundido a través de “Geo”, un canal de televisión paquistaní, pero que posee indudables características que demostrarían que es un montaje, dirigido por las nobles cualidades de photoshop. Más tarde, las redes sociales se encargarían de demostrar a través de una consecuencia comparativa, que la foto de Bin Laden muerto fue lograda luego de la unión de un retrato de Osama en vida, más la de otro difunto desconocido. Acá el link de la evidencia, para que se formen su propia opinión:
Imagen Bin Laden muerto (Terra)
Las conclusiones obtenidas de un hecho como éste representarían, según analistas internacionales, una opción casi segura de reelección para el mandatario. Por lo demás, el suceso habría ocurrido “mágicamente”, en el peor momento de popularidad de éste, implicando un repunte a corto plazo completamente favorable.
Por otro lado, nos encontramos con las mismas suspicacias de siempre: EE.UU habría provocado un auto-atentado aquel 22 de septiembre de 2011, solamente para tener una excusa para el levantamiento de tropas en territorio iraquí y lograr su interés económico mayor: el petróleo. En base a esta visión de los hechos, existen numerosos libros que entregarían la teoría de qué Bin Laden jamás ha existido o que siempre ha estado de parte de los norteamericanos; por tanto, su muerte no sería más que un montaje con fines que aún se están evaluando.
Libros de interés: 11-S: historia de una infamia; la CIA y el 11 de septiembre; 11-S: las verdades ocultas
Pero a nosotros nos interesa tu opinión al respecto. ¿Le crees a Estados Unidos? ¿Será la muerte de Osama Bin Laden una estrategia más del país norteamericano? ¿Cuáles serán las consecuencias de un hecho mundial como el recién ocurrido?
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