Todos los que visitan esta página esperan ser personas con poder adquisitivo, además de aportar con nuestro conocimiento y trabajo en el futuro de nuestro país. Para eso se estudia, se pasan largas noches en vela haciendo trabajos y, muchas veces, hasta se piden préstamos en los bancos para, finalmente, cumplir nuestro gran sueño de convertirnos en profesionales.
De manera progresiva durante estos últimos años, y con el lema que se ha ido heredando fuertemente en las últimas generaciones: “la educación es el único escape posible frente a la pobreza”, tanto la oferta como la demanda de la enseñanza superior se ha incrementado de forma tan grande, que trajo consigo un problema más: la cesantía ilustrada, que afecta a miles de jóvenes recién egresados que no encuentran ocupación en aquello en lo que se prepararon.
Y el fenómeno es bastante potente, si no lo crees, es sólo cosa de revisar los resultados de la 6º Encuesta Nacional de la Juventud, en donde se comprobó que el 56,7 por ciento de los jóvenes trabajadores de nuestro país, no se encuentra desempeñando una labor relacionada con sus estudios. Además, el 24,7 por ciento de quienes ya poseen un título, se encuentra cesante.
Esta encuesta fue realizada por el Injuv, y utilizó a jóvenes de entre 15 y 29 años que, de forma más específica, revelaron que el 49,1 por ciento de los que se prepararon en alguna carrera técnica y el 43,8 de quienes lo hicieron en el ámbito profesional, no se encuentran trabajando en lo que ejercieron.
Según Ignacio Naudón, Director del Injuv, “como país, nos hemos preocupado mucho tiempo por el ingreso a la educación superior, pero poco del egreso. Estas cifras nos deben hacer preguntarnos si hay un problema, y yo tiendo a pensar que sí”. Agrega que uno de los motivos más claro es el poco grosor del curriculum de los jóvenes recién egresados, ya que la mayoría de las empresas busca profesionales con experiencia y, los novatos, no tienen oportunidad.
Jesús Redondo, director del Observatorio de Políticas Educacionales de la Universidad de Chile (Opech), explicó a la radio de la misma casa de estudios, su punto de vista sobre esta situación: "cada vez hay más personas que quieren acceder a la universidad, sin que aumente el volumen de vacantes que ofrece el mercado. Por otro lado, no hay apoyo desde las políticas públicas de fomentar una dirección profesional y evitar que esto quede regulado por el libre albedrío del mercado, el que no compite por calidad sino por lucro. Por último, se ha vendido una imagen que el título permite mejor trabajo y mejor salario, aun cuando el aumento de titulados modifica la oferta y se disminuyen las tarifas”
Otra de las aristas de esta situación, y que sigue siendo una piedra de tope en el avance de nuestro país, es el exceso de profesionales y la escases de técnicos. Esto se genera porque en Chile existe una mirada muy baja hacia estos segundos, no tienen prestigio y el sueldo suele ser bastante bajo. Roberto Fantuzzi, presidente de Asexma, gremio exportador de manufacturas, comenta que, “ en los países desarrollados, cada diez técnicos hay un profesional, en Chile la cifra es inversa. Tenemos el imaginario mal valorado de los técnicos y el que se ensucia trabajando parece que no fuera digno, aun cuando puede incluso ganar más plata. Entonces hay que cambiar ese trauma laboral que existe hoy”.
Como vemos, el problema no tiene su apéndice en una sólo punto, el exceso de ofertas de casas de estudios, la desvalorización de las carreras técnicas y la nula reestructuración del mundo laboral, frente a un aumento simultaneo de la enseñanza superior, hacen de las posibilidades de ser un profesional exitoso y realizado, algo muy difícil en nuestros tiempos.
¿Qué opinan ustedes? ¿Tienen miedo de salir y no encontrar trabajo? ¿Qué solución darías para mejorar este problema?