La Escuela Básica La Greda de Puchuncaví se vio obligada a cerrar (hace un par de semanas) por los altos índices de contaminación a los que se veía expuesta. ¿Culpable? La refinería Ventanas, de Codelco. 46 niños y profesores presentaron síntomas de intoxicación a causa de partículas de arsénico, cobre y otros metales pesados. Ayer la escuela reabrió, con la promesa de gobierno de que en 90 días los alumnos estarán en nuevas instalaciones – aunque sean temporales – alejados de la refinería.
Sobre otras zonas del país, la revista norteamericana Time publicó una crítica a las salmoneras por las malas prácticas medioambientales, que se traducen en impactos profundos a la biodiversidad de Aysén. Talca se declaró zona saturada en 2010 debido a los altos niveles de contaminación del aire. Para Tocopilla fue lo mismo el año 2006. Santiago tendrá esmog, pero no es la única ciudad contaminada de Chile.
Se acerca el invierno, y las regiones son las más afectadas por el cambio de clima. El uso de leña húmeda y de mala calidad, junto a los caminos de tierra y la quema de basura, son los principales enemigos del aire limpio.
Prevención y soluciones
Es importante saber que el material particulado respirable se clasifica en dos tipos: PM10 y PM2,5, de acuerdo al tamaño de las partículas en el aire. En el caso del PM2,5, se trata de material muy pequeño, como hollín, que se aloja totalmente en los pulmones y bronquios. La norma diaria máxima de referencia, recomendada por la Organización Mundial de la Salud es de 150 mg por metro cúbico.
Al respecto, en la página web del gobierno, se puede encontrar la siguiente declaración: “En Chile, más de doce millones de habitantes están expuestos a concentraciones de PM 2,5 que superan la referencia recomendada por la Organización Mundial de la Salud”. Eso quiere decir que dos tercios de la población chilena están expuestos a diario a niveles de contaminación que sobrepasan los límites de la salubridad. ¿Qué se está haciendo al respecto?
Kevin Scherpenisse, ingeniero ambiental encargado de la Unidad de Producción Limpia del Gobierno Regional de la décima región, comenta: “Nuestra herramienta principal son los Acuerdos de Producción Limpia (APL) que son voluntarios de un rubro específico entre el sector público y privado. Su objetivo prevenir la contaminación en su punto de origen y así, además, aumentar la eficiencia productiva de una empresa. En un APL se definen claramente las metas, acciones, indicadores y plazos en común acuerdo entre públicos y privados y una vez cumplidos en un 100 % se obtiene un certificado avalado por el estado a través de las instituciones públicas que firmaron el acuerdo”.
Los APL se aplican en varias regiones a nivel nacional. Pero además de los compromisos que puedan adquirir voluntariamente las empresas, se requieren acciones que obliguen a cumplir normativas medioambientales para que lo que pasé en la Escuela La Greda en Puchuncaví no se repita.
Huella de carbono
Una huella de carbono es "la totalidad de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto" (UK Carbon Trust 2008). Eso quiere decir que cada uno de nosotros contribuye a la contaminación, de varias maneras. Tomar conciencia y realizar pequeños cambios en la vida cotidiana puede significar un gran cambio no sólo para nuestro país, sino que para todo el planeta.
Si quieres medir tu huella de carbono y descubrir cómo disminuirla, puedes entrar acá.