Malograda fue la intención del joven de 20 años cuya identidad no puede ser revelada por orden judicial, para entrar a la univesidad tras un año de estudio dentro del recinto penitenciario por un problema administrativo del juzgado.
La capital de la araucanía es testigo de cómo se truncan los sueños, la esperanza de la rehabilitación e inserción a la sociedad y todo un esfuerzo de un adolescente que privado de libertad por asalto en casa habitada, logró entrar a pedagogía en la Universidad Católica de Temuco, alcanzando el tercer mejor puntaje de los postulantes a la carrera (690), sueño que se vio abruptamente interrumpido por qué la jueza que estaba viendo la posibilidad de una libertad vigilada para que pueda estudiar se dio cuenta que la víctima del ultraje no había sido notificada sobre el estado del juicio.
La felicidad empezó a ser aversión al ver como esta oportunidad de seguir adelante se le iba por una error de oficina que su defensa no tenía responsabilidad, según confiesa Ana María Fonseca a los medios de comunicación, a lo que agregó fieramente “la reincerción social no existe en este país”.
La llamada rehabilitación en Chile no existe. Las cárceles son cunas de delincuentes que no hacen más que perfeccionarse en un tipo de antigua universidad del delito profesional. Quizás algo va alivianar el nuevo proyecto pero sin duda se necesitan nuevas ideas.
Aunque aún existe la posibilidad de que sea integrado a clases, ya su ingreso sería de forma tardía, por que el miércoles 16 de marzo tiene hora para ver si la víctima ya fue notificada, osea dos días después del comienzo de clases.
La voluntad para dejar lo malo atrás está. Esperemos como sociedad que la justicia no lo abofetee en la cara con una mala decisión.
Voluntad para rehabilitarse se interrumpe por error administrativo
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