Ayer, en una de las crónicas de un noticiero nacional, presentaron las historias de cuatro alumnos destacados de colegios municipales, todos con una ponderación de notas de enseñanza media sobre seis y que, sin embargo, obtuvieron puntajes PSU que se encontraban entre los 350 y 550. Una situación que, sin duda, nos muestra la realidad de la enseñanza desigual en nuestro país, pareciendo inevitable plantearse la pregunta del millón: ¿Cómo es posible que la calidad y exigencia de algunos establecimientos sea tan baja?
El desequilibrio educativo imperante entre colegios municipales y particulares es una problemática arraigada fuertemente en nuestra sociedad. La paradójica vivida por estos alumnos, parece ser más común de lo que se piensa: un estudiante con promedio cinco en un establecimiento particular, tiene mucho más conocimiento que uno que posee notas seis en uno municipal.
De esta forma, las aspiraciones profesionales de los alumnos que, sin tener la base necesaria para enfrentarse de buena manera a la PSU y, mucho menos, a la universidad, se ven absolutamente estancadas.
La única posibilidad que algunos estudiantes tienen, es reforzar los pocos conocimientos obtenidos en sus colegios con pre universitarios u otras ayudas externas; teniendo en cuenta que los valores de estos centros de estudios son bastante elevados, sobre todo si se trata de jóvenes que, en su mayoría, vienen de familias con escasos recursos.
El Ministro de Educación, Joaquín Lavín, se refirió a esta problemática diciendo que “si un alumno fue el primero del curso, aunque no le haya ido muy bien en la PSU, ese es un joven que ha demostrado perseverancia y entonces debería llegar a la universidad, como sea”. Una idea muy bonita, pero que está a años luz de la realidad, que es bastante más severa: no sólo debemos valorar su esfuerzo, también parece primordial que este estudiante haya recibido las herramientas básicas para adquirir los conocimientos necesarios que exigen los estudios superiores, y en la práctica, esto no sucede.
Parece urgente una revisión de la educación entregada por los colegios municipales y subvencionados. Es una vergüenza nacional que el el nivel de algunos de estos colegios sea tan bajo en comparación con los particulares.
Los alumnos utilizados para el reportaje televisivo mantuvieron una fuerte ilusión, tras ser los mejores de sus clases, sin embargo, no lograron el objetivo de entrar a la universidad, ya que las bases del establecimiento eran demasiado débiles como para ponerlos al nivel mínimo de la entrada a la educación superior.
No sé que piensan ustedes, pero yo creo que es justamente este uno de los problemas más claros en nuestra educación: la desigualdad en cuanto a la calidad que se le está entregando a los jóvenes que pertenecen a un país en donde el que tiene dinero logra sus objetivos y el que no, simplemente se queda donde está.
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