Dicen que el ser buen jefe/a, muchas veces, es un carácter incompatible con la vida familiar. La falta de tiempo es perjudicial a la hora de mantener una relación sana con los hijos y, es por esto, que muchos de los cabecillas de empresas optan por posponer su paternidad. Sin embargo, Natalia Gomez, Licenciada en Ciencias Empresariales Europeas, rompe con este mito a través de su libro “Buen p/madre, mejor jefe/a”, vinculando estas dos vidas y proponiendo una teoría de fortalecimiento y complementación entre ambas.
La escritora y magister en Marketing de la Universidad de Berkeley, propone en su libro utilizar diversas prácticas y modos de relacionarnos en nuestro entorno familiar, para llevarlos a cabo en la oficina. Es decir, nos ayuda a encontrar las herramientas necesarias, para complementar las características de ambas plataformas, y desempeñarnos de manera exitosa en cada una.
La autora del libro, explicó a Universia Knowledge Wharton que “ambas labores tienen mucho en común y puede resultarnos más fácil reflexionar sobre la paternidad y detectar puntos de mejora que nos ayuden también a ser buenos jefes”, agregando que, “en realidad, el que alguien sea buen padre-buen jefe o buena madre-buena jefa depende fundamentalmente de la capacidad que tenga la persona (hombre o mujer) de cuestionarse, de evitar la soberbia y de tener ganas de mejorar.
Uno de los ejemplos más claros está en la utilización de una personalidad con liderazgo, que “ojo”, no debe ser confundida con la autoritaria. Natalia Gomez lo expresa con una típica situación: “es un error imponer nuestro criterio sólo porque ocupamos una posición (la de jefe o padre) dominante. Si al defender una idea o una decisión tenemos argumentos sólidos y coherentes, es probable que la decisión sea adecuada, pero si tenemos que recurrir a menudo a la frase 'porque lo digo yo', es posible que estemos equivocados y que debamos dejar que los demás participen más en la toma de decisiones”.
Según la escritora, el tratamiento de hijos y empleadores, en cierta medida, debe ser similar, pero siempre personalizadamente, de acuerdo a las necesidades de cada individuo. Uno de los ejemplos más claros en este punto es la motivación.
“Motivamos a cada uno de nuestros hijos de forma específica: a unos, compartiendo tareas con ellos, a otros, dándoles más responsabilidad, dejándoles cocinar. Y esto mismo lo deberíamos aplicar en el entorno laboral. Las motivaciones de cada persona del equipo son muy diferentes; para unos lo más importante es formarse, para otros, la clave es disponer de las herramientas necesarias para llevar a cabo su trabajo de la mejor manera posible y sentirse seguros” explica la escritora.
Valentina Del Fierro, psicóloga especialista en el área laboral de la Universidad Adolfo Ibáñez, explicó a Profesionales.cl que, “al descubrir nuestro rol como padre/madre y formador de personas (hijos) es que nos convertimos en seres más responsables, coherentes y consistentes con lo que queremos transmitir. Nos damos cuenta de lo que influye nuestro comportamiento y tratamos de educar con el ejemplo, por lo que nos hacemos más conscientes de nuestros actos a la luz del desarrollo de nuestros hijos/equipos de trabajo”.
De esta manera, la psicóloga laboral agrega que, “al ser buen padre, descubres la forma de educar, transmites valores, te comunicas más asertivamente, valoras la importancia de un refuerzo positivo, sabes poner límites, fomentas la creatividad y das autonomía y confianza; las que, indudablemente, son características utilizables en el trabajo”
Una de las conclusiones más útiles del libro, es que la comunicación entre la vida laboral y personal entrega mayor plenitud en las vidas, ya que generar compartimentos o particiones en nuestra cotidianeidad genera estrés, en cambio la inclusión favorece tu bienestar emocional y mental.
Para información acerca de este libro y los lugares en donde obtenerlo puedes pinchar AQUÍ
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Buen Padre, mejor jefe
Publicado
por
Giannina Ibanez Paredes