Todos sabemos que el periodo de exámenes o pruebas es uno de los más tediosos de nuestra etapa universitaria. Sobre todo, porque requiere de un buen tiempo de estudio y aprendizaje para concentrar toda la materia de los ramos. Pero no siempre es así. A veces el agotamiento se manifiesta físicamente; andamos con sueño, ansiedad y cansancio, las ganas de levantarse de la cama ya no son las mismas e, incluso, rechazamos la idea de tener que ir a la universidad. Aunque la solución suene ligera, no es la más adecuada para nuestro organismo. Esto, porque hay algunos que optan por tomar golpes vitamínicos u otro medicamento energético para sentirse bien. Pero, ojo, esto puede ser muy dañino si no sabemos manejarlo con una receta médica o con la ayuda de un especialista.
“Hasta el 50 por ciento de las personas que consumen estos medicamentos, desarrollan somnolencia y disminución de la concentración, limitando su capacidad y su rendimiento en términos generales”, explica el académico de la Escuela de Química y Farmacias de la Universidad Andrés Bello, José Manuel Delgado, quien además asegura que en las personas adultas, éstos pueden desarrollar estados de depresión o ansiedad, aunque en algunos casos, tienen reacciones de hiperactividad o insomnio.
Muy por el contrario de lo que creemos, las bebidas energéticas -con un gran auge actual en el mercado-, además de tener un alto contenido de cafeína, también tienen suplementos como hidratos de carbono o proteínas que pueden resultar perjudiciales si es es que nuestro organismo registra una sobredosis de ellas. Asimismo, no todas están destinadas para volverle la energía al cuerpo, sino más bien para asegurar un buen nivel hídrico, específicamente para realizar deportes y no previo al estudio. Por lo mismo, son recomendables sólo para deportistas.
Para aquellos que confían en los medicamentos vitamínicos que venden sin receta médica en las farmacias, éstos pueden aportar sólo como consecuencia de problemas de nutrición, por seguimiento de dietas o durante el embarazo, como también en quienes sufren alguna enfermedad aguda. "Actualmente la disponibilidad de medicamentos que no exigen receta médica, es alta y cada vez más frecuente. Podemos encontrar una alta gama de fármacos accesibles en precios y lugares de venta, factores que incentivan el consumo de medicamentos, pero debemos considerar que todos estos tienen efectos secundarios que pueden alterar nuestra salud, por lo que es de nuestra responsabilidad informarnos y saber que estamos consumiendo”, explica la enfermera del Hospital San José, Jenifer Henriquez Gutiérrez.
Los efectos positivos de la automedicación son mínimos, por lo que hay que tener más en cuenta los factores en contra de este tipo de fármacos. Lo más común es que produzcan náuseas, vómitos, diarrea, dolor de cabeza, mareos, somnolencia, ansiedad, taquicardias, “pero también hay algunos que pueden producir alteraciones más graves e incluso un shock si somos alérgicos a su composición”, comenta la especialista del Hospital San José.
Por otra parte, en la actualidad existen miles de métodos naturistas por los que podemos optar para tener un mejor rendimiento universitario. "Este tipo de medicina puede ser un buen complemento para quienes necesiten alguna ayuda especial . Pero lo mejor y más recomendable para la concentración y buen manejo de periodos de estrés, es una alimentación balanceada, hacer actividades físicas tres veces por semana u otras que ayuden al manejo de estrés como Yoga, disminuir el consumo de sustancias nocivas para el organismo como alcohol, tabaco, alimentos ricos en grasa y evitar alterar el patrón de sueño para dormir a lo menos ocho horas diarias”, agrega Jenifer Henriquez.
Así que ya sabes. Si tu idea era ayudarte con algún fármaco que te tincara para la concentración, es mejor que lo evites y optes por llevar una vida un poco más sana, aunque te sea difícil ¿Has tomado algún medicamento en tus tiempos de estudio?